Cultura

22/10/2020

Mil cesantías en la Metropolitan Opera de Nueva York y una crisis inédita del arte lírico

Al ataque en la casa lírica (la más importante de Estados Unidos) se suma el ajuste en la Filarmónica de esa ciudad y el desguace de la Sinfónica de Maracaibo.

En las últimas semanas trascendió la noticia de que una de las casas de ópera más importantes del mundo ha dejado cesantes y sin pago a aproximadamente mil trabajadores. Así lo ha anunciado el director de la Metropolitan Opera de Nueva York, Peter Gelb.

La casa lírica privada más importante de Estados Unidos y una de las que más recaudación tiene en el mundo, ha decidido no producir, con la única excepción de conciertos con algunos pocos artistas vía streaming. Por lo tanto, no pagará sueldos a ningún trabajador cesanteado.

La gerencia de la MET ha comunicado abiertamente que debido a la parálisis del sector se ha suspendido hasta septiembre del 2021 al Coro y Orquesta.

También la Filarmónica de New York –con casi 180 años de trayectoria- ha cancelado su temporada hasta Junio del 2021 pagando una parcialidad de los sueldos.

De parte del gobierno del coloso del norte no ha habido noticias de subvenciones o soporte económico para los artistas y trabajadores que están en una situación sumamente alarmante de buenas a primeras.

Gelb sostuvo en una entrevista que “las experiencias artísticas tienen que ser mejores que nunca para volver a atraer al público”, algo que choca abierta y directamente con las decisiones tomadas bajo la premisa de que lo que “necesitamos recortar son los costos”. La idea de que el arte debe tener un beneficio monetario y debe ser un bien de intercambio monetizable a toda costa va en paralelo con la privatización de la salud y la educación -derechos adquiridos por la clase obrera, no sin derramamiento de sangre y lucha cuerpo a cuerpo.

En esta misma línea y siguiendo un sin números de ataques de cuerpos artísticos estables históricos, se suma también el desguace de la Orquesta Sinfónica de Maracaibo, con el que concluye una historia que data desde 1933 en su primera experiencia musical. La cartera cultural ha abandonado el patrimonio y archivo de la orquesta, quizás para su futura venta. La asestada final ocurrió luego de un ataque feroz a los salarios y presupuestos que hacían inviable su programación.

Todos estos ejemplos no son nuevos y no responden -solamente- a la pandemia actual, sino que agravan y profundizan de manera brutal una línea –registrada en esta Prensa Obrera- de ataque a todos los trabajadores de la cultura del mundo que poseen trabajos registrados y con convenios históricos de los más importantes. Del Teatro Colón a la Ópera de Bastilla. Del Teatro Argentino de La Plata y la Sinfónica Nacional Argentina a la de Maracaibo, pasando por el intento de pulverización de la Sinfónica de José C. Paz solo frenado por sus integrantes con una campaña internacional.

A esta línea se debe contraponer el impulso a la organización de los trabajadores para defender los puestos y condiciones laborales.