Ambiente

28/12/2020

Basural de Luján: nuestra pandemia permanente

En el municipio bonaerense de Luján funciona desde hace décadas un basural a cielo abierto, considerado el más grande de la provincia de Buenos Aires. Si bien el impacto de su contaminación abarca a una parte importante del distrito, los barrios más afectados son San Pedro, Santa Marta, San Fermín y San Jorge (Bloque de los Santos).

Lindero a la ruta provincial 192 y el Río Luján, hace muchos años los vecinos de la zona vienen padeciendo este enorme basural. Con quemas cotidianas, generalmente de madrugada, se originan verdaderas “nieblas” que dificultan la visibilidad en la mencionada ruta y con los peligros en el tránsito que esto ocasiona. También allí se descargan y queman sin ningún tratamiento todo tipo de residuos, incluyendo los patológicos que se desechan del Hospital Municipal o los cloacales que traen los camiones atmosféricos.

A pesar de los anuncios de hace unos meses para su remediación y reconversión por parte del gobierno local de Leonardo Boto junto al Ministerio de Ambiente nacional, lo cierto es que son solo para la tribuna. Tengamos en cuenta que la actual gestión comunal terminó de privatizar en un 100% la recolección de residuos sin que esto haya redundado en una mejora del servicio. Por otro lado, estos anuncios no resuelven la situación de los cientos de familias que viven del servicio de recolección de basura, donde trabajan hasta menores de edad y expuestos a constantes riesgos sanitarios. Al contrario, se convirtió en un botín para entregar a punteros y organizaciones amigas en disputa con las anteriores Pymes del reciclado. Por ejemplo, el caso del “Indio”, que lo han clausurado para darle ese negocio a una cooperativa afín al municipio. Sin embargo, la situación de los cartoneros sigue en la precariedad, no cuentan con herramientas y elementos de protección y sin ninguna cobertura laboral y de salud, más allá de que el gobierno diga que los va a dignificar por el simple hecho de que les construyeron unos baños.

Por último, la población del lugar no aguanta un día más esta fuente de enfermedades y toxicidad, que también se filtra a las napas de agua y abre la puerta para afecciones en la piel, respiratorias y gastroenterológicas. Llamamos a organizarnos por un plan de erradicación del basural, la creación de un centro de tratamiento de residuos y la municipalización de la recolección bajo control de los trabajadores y con salario y condiciones laborales dignas.