Ambiente

11/8/2020

Bolsonaro remata el Amazonas a los fondos de inversión

En una carta abierta, gestores de los mayores fondos de inversión europeos -principalmente noruegos-, que controlan en conjunto casi cuatro billones de dólares, habían advertido al gobierno de Jair Bolsonaro que si seguía la depredación del Amazonas reducirían sus inversiones en el país. El gobierno brasileño respondió a través del ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, con la formulación del programa “Adopta un parque” para que fondos de inversión puedan comprar parcelas en 132 áreas, equivalentes al 15% del ecosistema en peligro de extinción.

La deforestación en la Amazonía brasileña aumentó un 25% en el primer semestre de 2020, es decir niveles de devastación superiores a los 3.000 kilómetros cuadrados (con 1.034 kilómetros cuadrados solo en junio), según datos del Instituto Nacional de Investigación Espacial. La tasa de incendios en junio superó la media histórica, y se espera una situación peor durante el mes de agosto. Ello se complementa con que las emisiones contaminantes globales pueden caer un 7% este año como consecuencia de los confinamientos, pero en Brasil las emisiones aumentarán entre un 10 y un 20%.

Los fondos de inversión, a partir del descontento de la población que registran en sus países de origen, prometen planes para terminar con las inversiones que tienen alto impacto medioambiental. Brasil es un ejemplo claro, ya que desde la asunción del gobierno de Bolsonaro se agravó la depredación del Amazonas, sus incendios y la tala indiscriminada de sus bosques. La implementación de una nueva ley para legalizar la minería en las reservas indígenas, por otro lado, generará un gran conflicto.

Los fondos no persiguen objetivos altruistas, sino que especulan que en el horizonte cercano sus inversiones podrían encontrarse con otros gastos. A partir de discutirse en la Unión Europea el establecimiento de una “tasa de carbono” -una especie de arancel que pagarían los productos con origen en países que Europa considere que no luchan lo suficiente contra la crisis climática y que, por lo tanto, compiten con ventaja contra productos similares europeos- que deben cumplir normativas medioambientales más estrictas.

Los beneficiarios de las políticas del gobierno de Bolsonaro, son los sectores vinculados a la industria agropecuaria intensiva que con sus planes ganaderos y sojeros invaden todo, provocando una pérdida de diversidad y generando emisiones contaminantes. Los perjudicados son siempre los mismos sectores de la población. Que ante el aumento de los incendios puede empeorar la situación sanitaria, al incrementarse los problemas respiratorios en los habitantes de una zona en la que el sistema sanitario está en crisis por la pandemia, cuando Brasil es el segundo país con más número de muertos por coronavirus. La región amazónica fue particularmente golpeada por la enfermedad; sus hospitales están desbordados y las poblaciones indígenas están particularmente expuestas a las dolencias traídas del exterior. No al loteo del Amazonas, basta de depredación.