Venimos de un año donde la juventud se plantó en todo el mundo frente a la catástrofe ambiental. Participando de las Huelgas Internacionales por el Cambio Climático y realizando numerosas actividades con esta temática, los jóvenes nos pusimos a la cabeza de un movimiento que está en constante crecimiento y que problematiza sobre el rol de los gobiernos, y en particular del propio sistema frente a esta crisis.

Hoy se estima que 100 empresas en todo el mundo son responsables de un gran porcentaje de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) que son emitidos. La explotación de los recursos naturales por parte de estos monopolios internacionales se da sin ningún tipo de control ni previsión sobre el impacto que tiene esta actividad sobre el suelo y el aire. Es que la megaminería, el agronegocio y la utilización del fracking son los caballitos de batalla de los grandes pulpos que buscan ampliar sus ganancias a costa de nuestro planeta y nuestra salud.

En Argentina no estamos exentos de esto. Los desmontes en el Chaco generan inundaciones masivas que arrasan con pueblos bajo la mirada indiferente del poder político. La contaminación de ríos cordilleranos a manos de las mineras, ya ha producido un daño que llevará décadas reparar. Además, las muertes por contaminación del agua y las enfermedades masivas en zonas linderas a las explotaciones, son año a año cada vez más frecuentes. Las tierras sufren las consecuencias del cultivo de transgénicos. La utilización de pesticidas y herbicidas, con el glifosato como bandera, ha hecho estragos en la salud de comunidades enteras.

El presidente Alberto Fernández ya anunció que Vaca Muerta, el agronegocio, la megaminería y la utilización del fracking serían los garantes de la acumulación de dólares para el pago de la deuda externa a los acreedores privados y el FMI.

El intento de introducir la megaminería en Mendoza y Chubut  pone de manifiesto el programa que guía la intervención del gobierno nacional y provinciales. Pero, al mismo tiempo, el triunfo de la movilización de masas marca el camino que debemos seguir la juventud y los trabajadores: la organización frente a todo tipo de atropellos sobre nuestras condiciones de vida y las de nuestro planeta.

La lucha dada en la provincia de Mendoza también se dio en todo el país. Desde Tribuna Ambiental y el Frente de Izquierda Unidad participamos en todas ellas junto a distintas organizaciones ambientales, con diversas actividades, manifestaciones y actos. Estas acciones, contrarias a los intereses del gobierno, pusieron en jaque -al menos momentáneamente- el programa que buscan implementar Alberto Fernández y los gobernadores.

El gobierno, de todos modos, intenta proceder a la cooptación de organizaciones ambientalistas (en esta línea se inscribe el taller convocado para el 27), como ocurre con la estatizacion de los sindicatos, el gobierno busca insertar ciertas organizaciones ambientales en el pacto social en curso. La vía sería a través de los comités asesores que establece la ley 27520 aprobada bajo el gobierno anterior y refrendada por el actual. Alertamos que no hay salida posible para el medio ambiente de la mano de los gobiernos contaminadores. La lucha por el medio ambiente exige la independencia política del Estado y los grupos capitalistas.

Si la catástrofe ambiental a la que asistimos es una consecuencia del modo de producción capitalista, la salida debe partir desde una orientación anticapitalista. Si el capitalismo destruye el planeta, destruyamos el capitalismo. Para esto es indispensable organizarnos con independencia política de los gobiernos y militar un programa que reivindique las necesidades de la juventud y el pueblo trabajador. En el cuadro antes mencionado, es necesaria una deliberación urgente de todo el activismo que clarifique la orientación y por tanto convocamos a todas las organizaciones a un plenario nacional en defensa del ambiente para debatirla.

Vamos por la prohibición de la megaminería a cielo abierto. Nacionalización de los recursos naturales. Fuera Monsanto. Fuera Barrick. Por el derecho de las comunidades a vetar emprendimientos contaminantes. Prohibición de la fumigación con agrotóxicos en zonas rurales pobladas. Saneamiento de ríos y suelos contaminados, bajo supervisión de organizaciones ambientales, vecinxs y trabajadorxs. Cese inmediato de los desmontes y recuperación de las áreas devastadas financiado por las empresas responsables. Impulso a las energías renovables y limpias. Evaluación por parte de trabajadorxs, vecinxs y  organizaciones ambientales del impacto ambiental de emprendimientos económicos. No a la especulación inmobiliaria que arrasa con espacios verdes.

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