Ambiente

23/8/2020

Córdoba: sigue activo el incendio de mayor envergadura del año

Necesitamos intervenir frente a la masacre forestal.

Desde hace más de siete días, se incendian hectáreas de bosque nativo en el departamento de Ischilín, al norte del turístico departamento de Punilla, en las sierras chicas de la provincia de Córdoba. El mayor foco se registra en la zona de Copacabana, entre las ciudades de Cruz del Eje y Deán Funes.

El fuego ya devoró 12.000 hectáreas en la provincia y se transformó en el mayor incendio registrado. La simultaneidad de los focos requiere la actuación conjunta de dotaciones de bomberos de varias localidades próximas. Con esto, ya van más de 25.000 hectáreas arrasadas en lo que va del año: más de lo que se quemó entre 2018 y 2019 en la provincia.

Hace más de 100 días que no llueve en Córdoba, y no se esperan lluvias en los próximos meses. El impacto de los incendios no solo debe considerar la pérdida de biodiversidad (de pasturas para alimento del ganado de pequeños productores y de toda una flora y fauna necesaria para el ecosistema); también afecta la composición del aire (con pérdida de humedad y multiplicación de partículas sólidas en suspensión producto del humo, incrementando las enfermedades respiratorias) y del suelo, que pierde la capacidad de retener humedad y luego, en épocas de lluvia, deposita los sedimentos en los lechos de los ríos y lagos de la provincia, incrementando la eutrofización (acumulación de residuos orgánicos) del agua.

Con la prolongación de la sequía, los riesgos de más focos de fuego serán muy altos hasta octubre. Según informó un diario local, el mayor impacto es el ambiental (por la quema de monte nativo y la afectación de suelos), pero también es económico, ya que muchos pequeños productores dedicados a la cría de ganado a baja escala en esa zona han perdido el sustento para su ganado. La zona afectada casi no se dedica a los cultivos agrícolas.

¿Por qué los incendios?

Presentar la información objetiva no alcanza para dar cuenta de los factores que contribuyen a que año a año se incremente la pérdida de biodiversidad en la región. En ese sentido, los incendios se asocian a una política que propende al avance de la frontera agrícola como elemento necesario para la expansión del modelo agroexportador, como parte de un esquema económico nacional. Permiten el cambio de zonificación de la tierra y eso allana el camino a la especulación inmobiliaria y al agronegocio.

En lo que va de la cuarentena, se han desmontado casi 30.000 hectáreas en las provincias de Santiago del Estero (12.488), Salta (7.755), Formosa (5.294) y Chaco (3.692). Si se suman estos datos a los anteriores, el panorama de desertificación producto del desmonte es alarmante, como lo es el avance de la frontera agrícola, también.

Hay una íntima conexión entre los incendios forestales, la deforestación intencional y el modelo agroexportador: son factores de una ecuación económica orientada a la provisión de divisas para garantizar el pago de la deuda usuraria a la banca internacional, aún a costa del deterioro incesante de la salud y de la subsistencia de la población. Es urgente colocar el tema en la agenda del conjunto de la población, impulsando la firma del petitorio para solicitar el tratamiento del proyecto de ley de suspensión de los  desmontes y desarrollando iniciativas con el conjunto de sectores ambientales y sociales.

Desde la agrupación Tribuna Ambiental proponemos a las organizaciones ambientales y sociales la convocatoria a un plenario general de organizaciones para debatir un plan de acción común, formando un frente único de lucha en defensa del ambiente contra todos los atropellos del Estado y los gobiernos, nacional y provinciales. Llamamos a todas las organizaciones a sumarse a esta propuesta.