Ambiente

10/11/2011|1202

Después de la sequía, las inundaciones, la crisis hídrica es la misma

Víctor S.

-Exclusivo de internet

Mi abuela, Sara Zapata, honorable y vieja militante peronista, sostenía que Córdoba, según otro viejo peronista, iba a convertirse en años en la ciudad de los helechos… ya que la humedad de la provincia y sobre todo en sierras chicas iba a cambiar y eso haría de esta provincia un gran reservorio de agua que desde el imperio vendrían a buscar…

Muy lejos no estaba la añorada vieja que tantas historias me contó… pero en el análisis de aquel le faltó un factor…

Dan como resultado un incremento moderado en la media anual. Sin embargo, la especulación inmobiliaria y la falta de planificación urbana, sumados a una política de desinversión en infraestructura, dieron un efecto contrario… o más que contrario, peor.

En las sierras chicas el promedio de lluvias anuales aumentó en los últimos 30 años, pero ante el desmonte inconmensurable del bosque nativo, la importación de especies exóticas (siempre verde y pinos en su mayoría), dieron al suelo la imposibilidad de retener el agua… el origen de dichos desmontes se dio justamente en la especulación inmobiliaria que ante los valores de los terrenos en Córdoba capital y la falta de planificación urbana libraron las tierras de bosques nativos a merced de los buitres amigos de lo fiscal.

En la zona norte y noreste de Córdoba el crecimiento poblacional ha sido exponencial. En lugares donde había montes hoy hay countries, barrios cerrados y terrenos valuados en más de 30.000 dólares. Este fenómeno no se dio sólo por necesidad de ir al norte, sino por la falta de viviendas en la gran ciudad, por la falta de trabajo digno y por sobre todo un déficit habitacional que ni a la municipalidad ni a la provincia les interesó diagramar, pues claramente el negocio lo habían hecho con los Suez, los Roggio, Bugliotti y compañía.

Ayer fue tema de todos los diarios la falta de agua en Salsipuedes, pero llegaron las lluvias y será indudablemente el tema las inundaciones de la zona norte de la ciudad de Córdoba, Argüello, Alta Córdoba y otros. Hasta los countries de la zona se inundarán como todos los años, demostrando que el problema no es falta de agua sino falta de bosques, falta de un programa que frene la especulación inmobiliaria y los desmontes.

Lo mismo que pasa en las sierras chicas pasa en toda Córdoba.

Pero para revertir esta situación hace falta un Estado presente y no aliado a los especuladores ni a los productores agropecuarios del cordón verde, sino un verdadero control conducido por organizaciones populares y vecinos que autoricen uno a uno los emprendimientos inmobiliarios y los desmontes, conscientes que a esta provincia no le falta agua sino un programa de conservación y resistencia a la especulación inmobiliaria.