Ambiente

18/11/2020

Depredación ambiental

El lobby del intendente de Jesús María por la instalación de megagranjas porcinas

Luis Picat es empresario porcino y expresidente de la Sociedad Rural de esa localidad cordobesa.

El alcalde Picat reunido con el gobernador Schiaretti.

“Siempre que haya un problema podemos encontrar una solución, o lo que es lo mismo en cada crisis hay oportunidades”, fueron las palabras textuales del intendente de Jesús María, Luis Picat, cuando en mayo del año pasado comenzó incisivamente a instalar la cuestión del potencial agroindustrial del norte cordobés. “El norte tiene la ventaja de su clima, de su extensión y de la distancia a puerto de su cereal”, afirmaba entusiasta el funcionario que es además empresario porcino.

Mientras transcurría enero y se expandía la pandemia de Covid-19, Picat abría rutas de comercialización porcina a Asia, a la vez que buscaba el impulso económico que reclamaba para el fortalecimiento de la producción de cerdos. El intendente es el presidente de la empresa La Quimera, propietaria del frigorífico Qualitá ubicado en Colonia Caroya.

Tras una reunión que mantuvo el jefe municipal con el gobernador Juan Schiaretti, el ministro de Agricultura Sergio Busso y el director general de Bióceres-Bagó comenzaron las tratativas con empresarios chinos. Estos últimos, muy interesados en encontrar lugares de producción de proteína animal fuera de su país tras el costo económico de haber tenido que sacrificar millones de animales por la peste porcina africana durante los últimos años.

Luego el intendente continuó con reuniones presenciales con el gobernador de La Rioja Ricardo Quintela y Jorge Neme en Cancillería, para dotarse de todas las conexiones de comercio exterior necesarias. La propaganda oficial prometía ayuda a las economías regionales del centro y norte de Córdoba, motivo por el cual estuvo presente Catalina Boetto, secretaria de Ganadería de Córdoba.

El trazado de este plan estratégico de primarización económica otorgará beneficios inmediatos a aquellos empresarios del sector que ya cuentan con la infraestructura necesaria, certificaciones de “Buenas Prácticas Agropecuarias” y los contactos adecuados. Pero lejos de dar solución a los alarmantes índices de pobreza infantil, a los trabajadores desocupados y sin tierra para vivir, encarecerá el precio de los alimentos, de las tierras y llevará a más expansión de la frontera agropecuaria destruyendo monte nativo.

Los efectos negativos en lo sanitario, ambiental y social que implica esta cría intensiva de ganado fueron puestos de manifiesto por la movilización nacional de organizaciones ambientales, políticas y proteccionistas para rechazar el acuerdo porcino que el canciller Felipe Solá pretendía firmar con China, pero que debió postergar. El saqueo y depredación de los recursos ambientales estratégicos es un ecocidio, y así fue comprendido por los jóvenes que ganaron las calles en todo el país.

En un año signado por la sequía, los incendios intencionales y virus que surgen en la interfaz hombre-animal, un acuerdo de este tenor para instalar megagranjas de cerdos de 12.000 madres es una barbarie organizada. El fracaso económico de Alberto Fernández y la urgencia de dólares para el repago de deuda llevan a que si bien el memorándum de la Cancillería debió ser pospuesto, vuelvan ahora a la carga intentando ponerlo en marcha provincia por provincia.

Denunciamos que en el caso particular de Picat, expresidente de la Sociedad Rural de Jesús María, usa información oficial y el acceso a negociaciones en su deber de funcionario público para beneficio de los especuladores del agronegocio del cual forma parte.

Exigimos un relevamiento en todo territorio cordobés para efectivizar el demorado mapeo que respete el principio de no regresividad, incluyendo todo desarrollo productivo que tenga consecuencias nocivas directas o indirectas sobre el ambiente, y la revalidación sistemática de los informes de impacto ambiental. Las asambleas ambientales, populares y de pueblos originarios deben contar con poder de veto y decisión en relación al uso y destino de los suelos.

Rechazamos esta falsa solución a la crisis económica. No al acuerdo porcino. Ni tierra arrasada, ni fábrica de pandemias. Abajo el régimen de los depredadores del ambiente.