Ambiente

15/3/2007|983

La lucha de Chilecito y Famatina contra la Barrick Gold


Los asambleístas de Chilecito y Famatina libraron una lucha porfiada hasta derrotar a la contaminadora Barrick Gold y al gobierno que la apañaba.


 


El 19 de febrero, durante el aniversario de Chilecito, los asambleístas se hicieron presentes en el acto oficial con carteles que planteaban “No a la minería contaminante, no al saqueo”. A pesar de la patoteada de los funcionarios municipales y de la presión de la policía, lograron abrirse paso y desfilaron frente al palco, recibiendo aplausos atronadores de los asistentes. El gobernador Maza debió tragarse el sapo.


 


La segunda victoria fue lograr que se publicara el contrato con la Barrick Gold. Después de esto, el 8 de marzo, la Cámara de Diputados aprobó una ley que prohíbe la minería a cielo abierto. A la noche comenzó el festejo en la plaza principal, con caravana y corte del camino de acceso a la mina.


 


Así llegó el sábado 10. Pese a la presencia de un fuerte operativo policial, amenazas de desalojo y represión, el pueblo de Famatina comenzó a reunirse mientras llegaban compañeros de Chilecito. Había un recambio de trabajadores en la mina; se les advirtió que no se los dejaría bajar hasta que no se llegara a un acuerdo sobre el retiro de la mina. Los representantes de la empresa pidieron reunirse con los asambleístas; se reunieron cuatro representantes de cada lado. La empresa pidió tiempo para retirar la maquinaria; la asamblea resolvió darle un plazo de una semana. La empresa aceptó, y entonces la asamblea autorizó a que se retirara el personal. ¡Habíamos ganado! Entonces comenzó el festejo con lágrimas, aplausos y cantos. El corte continuará toda la semana hasta que se retiren efectivamente las máquinas.


 


Pero la lucha sigue. No conocemos el texto votado por los diputados y tenemos por delante una consulta vinculante para julio. Sabemos que intentarán volver y sólo confiamos en nuestras fuerzas.


 


Es necesario denunciar a los gobiernos que, como el de Maza, defienden la contaminación y el saqueo. Sin su complicidad, las empresas no podrían llevar adelante sus fechorías. También debemos denunciar el papel de la Picolotti, lobista de la Barrick, que trató de “cooptar” a los asambleístas para que la mina siguiera.


 


Finalmente, es necesario unir a todos los que luchan contra la contaminación y el saqueo en todo el país en un debate común sobre cómo unir las luchas para echar a los contaminantes y a los gobiernos que los defienden.