Ambiente

12/8/2010|1141

Proyecto Sur desairado por los bolivarianos

¿Devolverán la pelota o arrugarán?

Frente a la reciente reunión de presidentes del Mercosur realizada en San Juan, los diputados de Proyecto Sur, “Pino” Solanas y Alcira Argumedo, redactaron un documento (ver Infosur, 2/8) en el cual critican la elección de San Juan como sede de la reunión por ser “la casa del gobernador José Luis Gioja, ex menemista y principal personero de la Barrick” y califican la elección de la sede como “desafortunada y preocupante”. En el mismo documento reclaman a la cumbre de Mercosur que “condene explícitamente” las “amenazas a la paz, al medio ambiente y al bienestar de los pueblos”.

Lejos de adoptar el reclamo de Solanas y Argumedo, los presidentes del Mercosur “reiteraron que la minería, los minerales y los metales son importantes para el desarrollo económico y social de los países del Mercosur”, en su declaración aprobada por unanimidad. Este planteo derriba dos grandes mitos de Proyecto Sur: el carácter progresista del Mercosur y el carácter emancipador del bolivarianismo. Ambos aparecen, en los temas fundamentales de Proyecto Sur, como instrumentos de los grandes intereses capitalistas internacionales y como los principales abogados de los que destruyen el medio ambiente. La declaración de Proyecto Sur no es una pifiada, sino la consecuencia política inevitable del conjunto de sus planteos. ¿Sacará ahora Proyecto Sur otra declaración que repudie el documento minero firmado por Correa, Evo y Chávez, cuyos países son también socios del Mercosur y co-firmantes del documento? Evo, en particular, está yendo más lejos en la entrega de la minería de lo que se han animado los chilenos de la Concertación y, por supuesto, Piñera.

La entrega de la minería no es, sin embargo, algo que contradiga al nacionalismo burgués o pequeño burgués: entrega las riquezas nacionales sin pudor ni lamentos con el mezquino fin de obtener ingresos fiscales adicionales –incluso si son reducidísmos y fuera de control de los gobiernos. Los alienta en la empresa la presión del mercado mundial, que cuenta con el ingreso de China como un demandante extraordinario. La declaración bolivariana-pinochetista-lulista a favor de la minería constituye un pacto que blinda la puja entre los países del Mercosur frente a los pulpos mineros; los que recientemente voltearon al gobierno laborista en Australia.

Hay un avanzado entrelazamiento con los pulpos mineros en el sur de América. Bolivia, sin ir más lejos, está en pleno proceso de negociación para concesionar sus enormes yacimientos de litio con las grandes mineras, y en esto no le va a la zaga a Piñera y a los K. Lula es el principal lobbysta de Vale do Rio Doce, uno de los gigantes mineros mundiales con base en Brasil, que está a punto de iniciar la construcción del mega yacimiento Potasio de Río Colorado en la frontera entre Mendoza y Neuquén, que amenaza con devastar tanto la cuenca del Río Colorado como la del Río Negro por su elevada salinidad y su enorme consumo de agua. ¿Dirá algo Solanas del proyecto de los “hermanos brasileños”? ¿O sólo le pega a Barrick? Es hora de ir sacando conclusiones. Los gobiernos centroizquierdistas y “chavistas” no son nuestros aliados en la lucha por la defensa de nuestros recursos naturales y el medio ambiente. Son agentes de los pulpos mineros.