Ambiente

8/11/2001|728

¿Quién controla la seguridad y la salud?

En Dock Sud funcionan 45 empresas (entre refinerías, coque, etc.) que trabajan con productos altamente inflamables. También existen cuatro tendidos de redes de alta tensión de 132 mil voltios.


Los vecinos de Dock Sud están preocupados -sobre todo los barrios más cercanos al Polo Petroquímico, como Villa Inflamable-, pues hace años vienen denunciando las “insuficientes medidas de seguridad” por la peligrosidad y contaminación de las que son víctimas. Viven en constante “estado de alerta”, porque -como ellos declaran- duermen junto a una bomba de tiempo.


En algunas oportunidades, dependiendo de la dirección e intensidad del viento, la emisión de gases llega incluso a buena parte de la Capital.


La salud de esta población se encuentra afectada. Desde las chimeneas -que funcionan día y noche- se genera la contaminación.


Esta preocupación fue llevada por los vecinos al Ejecutivo municipal y al Concejo Deliberante. Como respuesta, la Municipalidad de Avellaneda planteó un “monitoreo continuo del aire”. Se trata de la instalación de cuatro estaciones: una prevista por la provincia, otra por la misma Shell (bajo responsabilidad de la comuna), otra alquilada a la Comisión Nacional de Energía Atómica y la restante de otra empresa privada.


Pero este monitoreo dura tres meses y su control es limitado. Cuando los vecinos plantearon que los lugares más lógicos para instalar los monitores eran las chimeneas de las empresas, de donde proviene la contaminación, desde la Secretaría de Medio Ambiente de la Provincia se dijo que esos informes ya los tenía… porque las empresas del Polo una vez por mes “dan datos de su estado o no de contaminación”.


Hace unos días, 60 alumnos de la Escuela Nº 35 del Dock Sud fueron afectados por una fuerte emanación de gas desde el puerto. Casi cuarenta de ellos debieron ser trasladados al Hospital Fiorito con síntomas de intoxicación. Recordemos que hace unos años la emanación de gas costó siete vidas (de vecinos y los médicos y enfermeros que vinieron a socorrerlos). Por este hecho aún no hay responsables, ni condenas.


¿Quién se hace cargo?


El Polo Petroquímico está bajo muchas jurisdicciones (Provincia, Prefectura, Municipio) pero ninguna ejerce el control ni asume la responsabilidad.


Las versiones sobre la intoxicación que afectó a los chicos de la Escuela Nº 35 es un claro reflejo de este descontrol.


El secretario de Política Ambiental de la Municipalidad de Avellaneda *Máximo Lanzetta* atribuyó las causas al gas fenol, que se habría descargado de un barco. Prefectura Naval de Dock Sud desestimó la hipótesis, basándose en que si así hubiera sido, los trabajadores que descargaban el vapor se habrían intoxicado. Bomberos de Dock Sud planteó que no habría que descartar que el escape de gas se haya producido en algún establecimiento industrial de la zona. La directora del Hospital Fiorito, Adriana D´Astela, confirmó la intoxicación por gas fenol.


Es evidente que ningún sector, provincia, municipio o incluso autoridades de salud, toman con seriedad y responsabilidad el garantizar la salud y seguridad de los vecinos de Avellaneda.


“El zorro cuidando el gallinero”


Es claro que el control de esta situación no puede estar en manos de los mismos que durante años la han originado o de aquellos que mirando indiferentes plantean “no es mi jurisdicción”.


Una investigación seria se debe dar a través de una Comisión de vecinos y de trabajadores de las empresas del Polo, que determine las medidas necesarias para asegurar la salud de la población del distrito, y su seguridad.


Hay responsables, tienen nombre y apellido, gozan de buena salud y fabulosas ganancias.