En el Departamento de Jáchal, provincia de San Juan, los productores agrícolas se encuentran en una grave situación producto de una sequía que se remonta a más de diez años atrás y que es acrecentada por el cambio climático. Mientras esta crisis hídrica sin precedentes en la región se agrava por la falta de inversión en infraestructura, las autoridades provinciales y municipales apuestan todo a la megaminería, que consume grandes cantidades de agua.

Alfredo Rodríguez, agricultor, afirmó “que la superficie cultivada se achicó en los últimos años de 7.000 a 4.000 has” (Diario Huarpe, 26/9). Además, aseguró que, en Jáchal este año, ya está todo sembrado: “calculamos que entre un 40 y un 70% de los terrenos podrían perderse esta temporada” (ídem). En este Departamento sanjuanino “1.000 familias viven de la agricultura”, representando, los pequeños productores agrarios, la mayoría de este sector.

Los gobiernos de José Luis Gioja y posteriormente Sergio Uñac, ambos del PJ, le imprimen al parque productivo de la provincia el sello minero, asegurando que es una fuente de desarrollo. Sin embargo, el sector -sumando a la pequeña minería no metalífera- representa solamente un 4,7% de la población económicamente activa empleada, aún cuando concentra la gran mayoría de las exportaciones. El resto de actividades económicas reúnen más del 40% de la población económicamente activa, en desmedro de lo que enfatizan gobernador e intendentes de los departamentos llamados “mineros”.

Esta matriz productiva está principalmente anclada en el oro, es frágil ya que las multinacionales invierten o detienen su producción, por motivos especulativos, según la cotización internacional del mineral precioso, que se mueve según su atractivo como reserva de valor.

La contracara de esto es la situación que viven los pobladores locales. Solo un ejemplo de esto desnuda la situación real: el sistema de riego en el valle de Jáchal lo configura una red de canales de 250 km que tiene su origen en el Dique Nivelador Pachimoco, de los cuales sólo 43km están impermeabilizados. Es aquí, en el sistema de riego a cargo del Departamento de Hidráulica, donde reside la mayor ineficiencia en la distribución del agua, donde se pierde el 50%.

El gobierno de Uñac y el intendente de Jáchal Miguel Vega, ante el castigo en las urnas y la protesta de los productores agrícolas, vuelven con la promesa tantas veces postergada de mejoramiento de la red de riego del Canal del Norte y del Dique Pachimoco. El anuncio se hace en la revista Agronegocios (27/9), un día después de las declaraciones y protestas de los productores jachalleros.

Los anuncios se reiteran ante cada instancia electoral: hace dos años, en septiembre del 2019 el Diario el Zonda informaba que “los productores vienen haciendo presentaciones y reclamos para las mejoras del canal desde el 2013, que desde el gobierno indicaban que el proyecto ya estaba terminado y que en los próximos días sería presentado ya que queremos dejar todo listo para empezar este año y sino para la monda del año que viene”

En marzo de 2021, en Diario El Zonda nuevamente el intendente Vega y director de Hidráulica Coria anunciaron la adjudicación de la obra y que se reunirían con productores “para conocer la problemática”. Es decir, después de ocho años de iniciados los reclamos de los productores los funcionarios aún no conocían la problemática y nuevamente anunciaban la iniciación de la obra, que se reduce al mejoramiento de solamente el 10% de la red de riego en el departamento norteño de Jáchal. Mientras tanto la sequía progresa, los cultivos se pierden y se contamina el ambiente.

Lo cierto es que es imposible que se pueda recuperar la producción, al menos en este ciclo agrícola, y que no hay perspectivas de un cambio favorable a los trabajadores en el sistema de producción capitalista representados en el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, que responden a las multinacionales y que se unen para negociar con las megamineras extractivistas y contaminantes.

Por eso, desde el Partido Obrero en el Frente de Izquierda Unidad luchamos por un desarrollo productivo sustentable y bajo control de los trabajadores.

No a la megaminería contaminante.

Por la declaración de intangibilidad de los glaciares y ambiente periglaciar.

Por la conservación y cuidado de glaciares, vegas y todo reservorio natural de agua.

Por la organización de los trabajadores, usuarios del agua y asambleístas ambientales en comités de cuencas que gestionen las aguas de nuestros ríos con presupuesto propio e independientes de los gobiernos de turno.

En noviembre, acompañamos con el voto en contra del ajuste y en defensa del ambiente.