Ambiente

7/5/2019

Una ley para ocultar el compromiso de todo el régimen con la depredación ambiental

Sobre el “Día Nacional de las Especies Amenazadas”

La semana pasada la Cámara de Diputados dio media sanción a una ley que instituye el 31 de octubre como “día nacional de las especies amenazadas”, “buscando generar sensibilización y concientización sobre las especies de nuestro territorio nacional que están siendo amenazadas por el accionar antrópico”. El proyecto de ley contó con el voto afirmativo de 165 diputados de todos los bloques políticos. Por el Frente de Izquierda, fue apoyada por Nicolás del Caño del PTS, mientras que Romina Del Plá (PO) y Mónica Schlottahuer (IS) se abstuvieron.  El resto de los diputados estuvieron ausentes.


Nuestra abstención en esta votación no obedece de ningún modo a falta de interés y preocupación sobre el tema esbozado. Por el contrario, es un llamado de atención sobre la perfidia que representa establecer por ley un “día nacional de las especies amenazadas” por parte de un Congreso que no ha tomado una sola medida contra la depredación ambiental que está causando esta grave alteración ecológica y ha puesto en peligro a numerosas especies -cuya extinción significaría un duro golpe al mantenimiento de ecosistemas enteros, que a su vez hacen un aporte vital para el desarrollo de la vida en nuestro planeta, incluida, por supuesto, la vida humana. Por el contrario, este Congreso está dominado por los intereses y el lobby de los capitalistas, cuyas empresas son las emisoras de gases contaminantes, las causantes del calentamiento global y, en definitiva, son los responsables de la dramática situación que amenaza a las especies.


Más cínico aún resulta que será el Poder Ejecutivo Nacional el encargado de la difusión para “sensibilizar” y “concientizar”, cuando el gobierno nacional oficia como principal representante y defensor de los monopolios contaminantes. Más aún, este Poder Ejecutivo, bajo la conducción del macrismo, ha puesto al país bajo la dirección del FMI, que concentra los intereses del capital financiero y el imperialismo –los principales culpables del cambio climático. Queremos destacar asimismo que ninguno de los bloques patronales que aspiran a relevarlo en las elecciones tiene en agenda romper este pacto ruinoso con el Fondo Monetario, ni mucho menos tomar medidas que afecten la rentabilidad de las empresas contaminantes (que han gozado de la protección y aval de todos los gobiernos).


En nuestro país, la mega minería contaminante, el fracking, la deforestación, la expansión de la frontera agrícola de la mano del avance sojero, los monocultivos transgénicos, son expresión de una actividad altamente contaminante y perjudicial para el medio ambiente, que cuentan con el completo amparo del poder político. ¡Este es el Congreso que se prepara para aprobar una ley de semillas al servicio de las multinacionales del agronegocio como Bayer-Monsanto, Syngenta, Corteva o Bioceres, que son campeonas en contaminación ambiental!


Una salida


Si lo que se quiere es tomar medidas que de verdad defiendan la preservación de las especies y el medio ambiente, lo que se debería votar no es una “ley de concientización” (que, además, está orientada a la población, ¡o sea que se pretende responsabilizar al pueblo de la gravosa situación ambiental!); sino la prohibición inmediata de fumigación con agro tóxicos, el saneamiento de los ríos y suelos contaminados bajo supervisión de organizaciones ambientales y de vecinos, el cese inmediato de los desmontes y la recuperación de las áreas devastadas, financiado por las empresas responsables, el impulso a las energías renovables y limpias. 


El capital en momentos de crisis, y en un cuadro de declinación histórica, agudiza la explotación y destrucción no sólo de la fuerza de trabajo, sino también de los recursos naturales. La preservación del planeta será consecuencia de una reorganización social sobre nuevas bases, de una economía planificada que acabe con la anarquía capitalista dictada por el beneficio del capital contra el interés social y la preservación de la naturaleza. Por ello desde el Partido Obrero en el Frente de Izquierda luchamos por una Asamblea Constituyente libre, soberana y con poder, que tome las medidas urgentes al servicio de los intereses de la mayoría nacional.


El sentido de nuestra abstención es, por lo tanto, llamar la atención sobre la naturaleza engañosa de esta ley y un llamado a reforzar una lucha anticapitalista.