Crónica de una reunión histórica

"The Bolsheviks Come to Power"

“Muy pocos advirtieron que, al anochecer del 10 de octubre, miembros del Comité Central bolchevique, envueltos en sus pesados abrigos para protegerse del frío otoñal y la llovizna, iban saliendo del Instituto Smolny, de a uno en uno, para participar de una sesión estratégica en un lugar secreto más allá del Neva, en el barrio de Petersburgo. Iba a ser la primera confrontación directa de Lenin con el Comité Central después de su regreso de Finlandia; había sido cuidadosamente organizada por Sverdlov a instancias de Lenin.

 

Por un curioso giro del destino la reunión iba a tener lugar en el departamento del menchevique de izquierda Sujánov, aquel insuperable cronista de la revolución que de algún modo se las había arreglado para estar presente en casi toda reunión política de importancia en Petrogrado desde la Revolución de Febrero. Pero en esta ocasión Sujánov no iba a estar presente. Su mujer, Galina Flakserman, activista bolchevique desde 1905 y que en 1917 se desempeñaba como miembro de la redacción de Izvestia y asistente en la secretaría del Comité Central, le había ofrecido a Sverdlov el apartamento, en caso de necesidad. Era amplio y con varias entradas, por lo cual las continuas llegadas y salidas de un gran número de personas no llamarían mucho la atención. Sverdlov decidió hacer uso del lugar para la reunión del 10 de octubre. Por su parte, Flakserman se aseguró de que su entrometido esposo se mantuviera fuera de casa esa noche. ‘El tiempo está horrible, prometeme que no vas a tratar de volver a casa esta noche’, le aconsejó aprensivamente cuando Sujánov se fue a trabajar por la mañana.

 

(…) Pronto apareció Lenin. ‘Afeitado y con peluca, parecía un ministro luterano’, recordó más tarde Kollontai. Hacia las 10 de la noche, estaban sentados en torno a la mesa del comedor de Sujánov, bajo la tenue luz de una lámpara, doce de los veintiún miembros del Comité Central: Lenin, Bubnov, Dzerzhinsky, Zinoviev, Kamenev, Kollontai, Lomov, Sokolnikov, Stalin, Trotsky, Uritsky y Iakovleva. Su atención pronto se centró en el punto principal: ‘la situación actua’.

 

Lenin abrió la discusión con un alegato apasionado a favor de la acción inmediata, que duró aproximadamente una hora. (…)

 

Las actas oficiales sobre el debate que se abrió luego de la intervención de Lenin son breves y muy incompletas. Los comentarios de Kamenev y Zinoviev, principales adversarios de Lenin, no están ni siquiera mencionados. Referencias a esta reunión en otros documentos contemporáneos y descripciones en varias memorias publicadas revelan que la discusión fue ‘apasionada y tensa’, que se extendió toda la noche hasta bien entrada la madrugada y que hicieron uso de la palabra virtualmente todos los presentes. (…)

 

En plena noche, los dirigentes se conmocionaron por unos insistentes golpes en la puerta. El visitante resultó ser Iuri Flakserman, el hermano de Galina, alumno de una escuela militar y también bolchevique, que había llegado para ayudar con el samovar. Poco después de este susto momentáneo, Kamenev y Zinoviev, este último llevando una desacostumbrada barba y con el pelo muy corto, se esforzaron por responder los argumentos de Lenin, atacando la idea de una insurrección armada tanto en el terreno teórico como en el práctico. (…)

 

Quizás en una conferencia más amplia de miembros del partido, como la que se reunió en Petrogrado en los días de la Conferencia Democrática, Zinoviev y Kamenev podrían haber obtenido un fuerte apoyo. Pero incluso potenciales simpatizantes como Nogin y Rikov estaban ausentes en la histórica reunión del 10 de octubre, y todos los demás se alinearon con Lenin. (…)

 

El llamado a la insurrección fue aprobado por 10 a 2. Kollontai recuerda que tan pronto como concluyó la votación, la tensión previa se evaporó y todos se sintieron hambrientos. Iuri Flakserman preparó el samovar, junto con algo de queso, salchichas y pan negro, y todos se abalanzaron sobre la comida. Las discusiones continuaron por un rato, señala Kollontai, pero ahora estaban intercaladas con humor y bromas afables hacia Kamenev y Zinoviev.”