Aniversarios

23/7/2003|810

Hacia el Caso Dreyfuss del Estado “genocida” argentino

El "yo acuso" de la comunidad judia: Kirchner, "no dude que Ud. sera un Menem mas"

La prensa destacó que por primera vez en 9 años los gobernantes de turno pudieron asistir a un acto conmemorativo del atentado criminal de la Amia sin que fueran chiflados. Las “muestras de simpatía”, dice Clarín respecto a Kirchner, “reflejaron – más allá del respaldo a su compromiso en el caso de la Amia – la imagen de confiabilidad que alcanzó en la clase media”.


Pero la verdad es bien otra. Tal es la crisis del “juicio”, que éste se encuentra “en receso” a la espera de alguna pista del Ejecutivo, que permita salvar de la catástrofe al proceso judicial.


Una “cuestión de Estado”


¿Cuál es el as en la manga de Kirchner? ¿Levantará “los secretos de Estado” como insinuó en la conferencia de prensa, tras el griterío que reclamaba llevar al banquillo de los acusados a Duhalde, al ex canciller Ruckauf, a Toma, y a los tartufos Kohan, Corach y Beraja?


Los compañeros de la “Agrupación Por el Esclarecimiento de la Masacre Impune de la Amia” (Apemia), tuvieron el acierto de distribuir un volante la mañana misma del acto en la calle Pasteur que decía: “La verdad desmiente las ilusiones de transparencia” de Kirchner. Denuncia Apemia: “Quien quiera conocer qué contiene el sumario interno de la Side – que el gobierno presentó como la “herramienta” que destrabaría el juicio – deberá conformarse con la lectura de los restos que resultan de ese sumario, tras el tachado previo de los nombres y el modo de operar de sus agentes (Decreto 146). Otro tanto ocurre con el ex jefe de la Side, H. Anzorreguy, que será interrogado en audiencia secreta sobre aquellos secretos que todavía puede contar después que él mismo evalúe si aquello que se le pregunta no viola alguno de los nuevos y puntillosos secretos que fijan los Decretos 249 y 291, que ni Duhalde-Toma se atrevieron a firmar. Para cuando los hombres de la Side se sienten a declarar, se habrá terminado con el carácter público del juicio oral. El trabajoso acuerdo político entre Kirchner, los jueces y las partes oculta el fracaso de la intención del Estado de ‘judicializar’ tamaño crimen político y nos ponen frente a una nueva maniobra: reforzar los secretos de Estado y no debilitarlos. Los decretos permitirán a los espías impulsar la libertad de Ribelli y acreditar la responsabilidad criminal de Irán, tal como pretendían Toma-Duhalde y el gobierno israelí. Al mismo tiempo, servirán para impulsar una nueva Ley Antiterrorista” (cursivas nuestras).


El objeto de todo esto – tiene razón Laura Ginsberg – , es encubrir “en nombre de la justicia al genocida terrorismo de Estado argentino” – como declaró en el acto de Plaza de Mayo, junto a los representantes del Bloque Piquetero, de la Fuba y de otras organizaciones populares. Cuando ahora hasta el dirigente de la Amia, Abraham Kaul, un “pichón” de la escuela de los Beraja, dice que no quiere una ley antiterrorista que sea “instrumento de persecución ideológica” y el representante de los Familiares, ligados a la Daia-Amia, le espeta en la cara a Kirchner que si no termina con la impunidad y destruye a las mafias “no dude que Ud. va a ser un Menem más”, no puede caber ninguna duda de que la lucha contra el Estado genocida que secuestró y masacró 30 mil compañeros ha alcanzado un nuevo peldaño.


¿Acaso nos podemos olvidar que el ministro de Justicia y Seguridad de Kirchner, don “Opus Dei” Gustavo Beliz, integró el gobierno más “mafioso” de la historia nacional hasta pocos días antes del atentado a la Amia, y que como ministro del Interior menemista encubrió el otro atentado criminal, dos años antes, en la embajada sionista?


Electoralismo, y un sano sinceramiento


Un año atrás, en el acto frente a la Amia no quedó títere con cabeza. Hasta “Lilita” fue acusada de “demagoga” por no aportar las pruebas que había prometido. Esta vez ni apareció. Lo hizo, sí, en esta oportunidad, el “periodista Miguel Bonasso”, quien “quebrando” (La Nación, 19/7) el “protocolo (…) trepó al escenario” (ídem).


Al acto de Apemia se apersonó y adhirió el candidato sionista Herman Schiller, que secunda en la fórmula de IU a la representante del Mst, del partido que repudió hasta hace poco toda movilización democrática en repudio al atentado a la Amia, en nombre del carácter “progresivo” del atentado (!). Resaltó, en cambio, la ausencia y la falta de toda adhesión, también en este acto – el único convocado de cara a toda la sociedad y en unidad con los representantes del “argentinazo” – , de las “Madres” de Hebe de Bonafini, que siempre lo habían hecho.


El “mérito” mayor en esta escalada de hipocresía y cinismo le cupo a Página/12. El massmedia de los “derechos humanos” ignoró olímpicamente los actos de Memoria Activa y Apemia. Pero el sábado 19, en una contratapa bajo el título “El ominoso olvido”, Osvaldo Bayer recoge la propuesta de Apemia a favor de una Comisión Investigadora Independiente del Estado. Pero Bayer pretende lo contrario que Apemia. Para él, se trata de una Comisión que salve el pellejo del Estado genocida: “Nos parece una proposición digna a la cual los nuevos gobernantes y los nuevos jueces deben escuchar”. El anarquista Bayer ve esa Comisión de la mano de “tantos otros hechos” (!!) que ha impulsado la gestión kirchneriana, como un gesto que cierre las heridas: “Se (lo) merecen las víctimas y sus familias y la decencia del pueblo argentino”. ¿Cuáles son los ejemplos a los que nos remonta el historiador anarco-libertario? El de los “jueces capaces de decirles asesinos a los desaparecedores”, de los cuales hay “por lo menos algunos en el mundo”: es decir, el caso del juez Garzón, el mismo que ilegaliza y proscribe a los luchadores vascos, el que usa a nuestros desaparecidos como pantalla para ejecutar la política demofascista característica del Estado español contra el movimiento nacional de la Baskonia.


Al “caso Amia” hay que imprimirle el impulso de un nuevo “argentinazo”. Los socialistas revolucionarios que supimos estar junto a las víctimas de la Amia desde el primer momento, decimos con la frente bien alta y la conciencia de una trayectoria: no habrá juicio y castigo a las víctimas de los atentados criminales de la Amia y la embajada, hasta acabar con el Estado genocida y oligárquico, que parió la “limpieza étnica” de nuestros indígenas y el vasallaje de nuestros gauchos en el siglo XIX, que impuso la “ley de ciudadanía” a principios del XX para expulsar a nuestros hermanos de clase que trajeron las ideas más avanzadas de la emancipación social, que preparó y armó a las Legiones Cívicas, los “escuadrones de la muerte” y las triple A de todas las épocas contra los luchadores populares, y que sin ningún velo dio rienda suelta a los “grupos de tareas” de las FF.AA. y sus dictaduras sangrientas.