La izquierda y La Tablada

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El PTS, que suele criticar los artículos de Prensa Obrera aun antes de que esté en la calle, se ha tomado esta vez su tiempo (dos semanas) para responder a las notas de este periódico sobre el papel de la izquierda frente los acontecimientos del Regimiento de Infantería Mecanizada 3 (RIM 3), ocurridos hace 25 años. Han necesitado estos 15 días para digerir lo que ellos mismos dijeron entonces. No hablamos de un acontecimiento menor.

La Verdad Obrera (13/2) dice que la crítica del PO se sustenta sólo en un volante de su partido “editado inmediatamente después de los hechos”, el cual -añade- “establece la necesaria delimitación de una toma de cuartel totalmente descolgada y aventurera”. Esa respuesta es una confesión de parte.

Es decir: en el momento en que se está produciendo una masacre atroz, cuando un grupo de militantes (los descolgados y aventureros) está bajo fuego de artillería, se desoyen sus pedidos de rendición y, luego de tomados prisioneros, se los tortura, se los fusila o se los hace desaparecer, el PTS necesita delimitarse de los masacrados, no de los masacradores. Acerca de la represión, no hay en ese volante ni media palabra, y el término “criminales” se usa sólo para calificar a los reprimidos, no a los represores.

No hay en este punto un problema teórico sobre “pacifismo” o “militarismo”: simplemente, en medio del alud arrojado sobre el MTP en esos días, el PTS no pudo resistir la presión del Estado. Un mes después, cuando la tormenta había amainado y la presión se hacía muchísimo más laxa, podían pedirse las comisiones investigadoras que se quisiera. Pero en el mismo día, bajo fuego del ejército y los carapintadas, aun sin comisión alguna podía saberse que el MTP no tenía heridos, sólo muertos. Suficiente para denunciar el fusilamiento de prisioneros. Frente a los represores carapintada, el gobierno de Alfonsín y toda la comparsa derechista había que “delimitarse”, según el PTS, del “aventurerismo descolgado”.

La respuesta del PTS dice: “El PO hasta el día de hoy niega que la acción aventurera del MTP, una auténtica provocación, le haya servido al gobierno de Alfonsín y al régimen de conjunto para la derechización de la situación”. En efecto, negamos el parloteo democratizante, que justifica la represión de la burguesía y del Estado. Los gobiernos se “derechizan” o “izquierdizan” de acuerdo con sus intereses, no en función de pretextos que les vienen de afuera. Un par de semanas después de estos crímenes, Alfonsín devaluaba el peso -bajo la presión de los grandes intereses capitalistas- y desataba la hiperinflación. La omisión de la denuncia de la represión criminal, incluida la participación de responsables de la dictadura, sí es un factor que favorece a la “derechización” de los gobiernos capitalistas. Con el mismo método de La Tablada, el gobierno de Alfonsín allanó, en mayo siguiente, todos los locales del PO y detuvo a su dirección, incluso en la Casa Rosada, atribuyéndole el saqueo de supermercados. Cuando la “provocación” no existe, la burguesía la inventa. El operativo contra el PO fracasó debido a la enorme solidaridad que se suscitó con nosotros, a excepción de Izquierda Unida y sus partidos, los que no repudiaron nunca en sus prensas la represión contra el Partido Obrero.

Pero, nuevamente, supongamos que la acción del MTP provocó todos esos males. La pregunta es la siguiente: ¿corresponde repudiar al aventurero en el preciso momento en que los milicos lo masacran o se debe repudiar al masacrador? ¿Podemos permitir que la polémica política con el aventurero la resuelva la artillería del general Arrillaga, hoy condenado a perpetua por genocida?
La posición del PTS es hoy la misma que hace 25 años, porque denuncia que el PO se delimitó “sólo muy secundariamente de los hechos de La Tablada”. Es verdad: la delimitación respecto del MTP fue secundaria, no “muy”, pero, por sobre todo, fue clarísima respecto de la delimitación primordial, que era con los represores, con los criminales. El MTP era un muerto político desde su nacimiento, nadie se ensaña con un cadáver. En ese momento, cuando los tanques estaban calientes, no 30 días después, nos delimitamos… ¡de la represión! El PTS se delimitó de la represión, por primera vez, a finales de febrero, un mes después de la masacre.
La delimitación del Partido Obrero (antes, de Política Obrera) respecto al foquismo ha sido históricamente consistente, no en nombre de la “institucionalización”, como lo hacía el PST (morenista), sino de la organización independiente de la clase obrera. El foquismo del MTP era tan democratizante que, en las elecciones de ese año, llamó a votar por sus verdugos, por Izquierda Unida.

Por último, el PTS nos recuerda que, contra el “pacifismo”, ellos han abordado “el estudio sistemático de la teoría militar (…) en particular (del general alemán del siglo XIX) Carl von Clausewitz”. ¡Qué respuesta infantil! De todos modos, todavía no han llegado a la parte en que Von Clausewitz explica cómo resistir con eficacia la presión de una fuerza enemiga. En este caso, la del Estado de la burguesía.


A. Guerrero