Política y análisis histórico

Trotsky revisa las conclusiones del Congreso bolchevique de julio

El VI Congreso pasó a la historia porque fue el que consagró el ingreso de Trotsky al partido bolchevique, como se diera cuenta en una entrega anterior. Se realizó luego de la derrota de las “jornadas de julio y no estuvieron presentes algunos de los principales dirigentes, entonces perseguidos y encarcelados. Había sido prevista para votar un nuevo programa, después del debate de abril sobre las “tesis” elaboradas por Lenin. Pero las circunstancias cambiaron el centro del debate: había que considerar la situación creada con el ascenso de la contrarrevolución. Desde la clandestinidad Lenin había planteado la necesidad de retirar la consigna de “todo el poder a los soviets”. En manos de los conciliadores se habían convertido en una cobertura de la reacción burguesa. La etapa pacífica de la revolución había concluido, la dualidad de poderes había cedido paso a una suerte de dictadura militar. El violento viraje de la situación que se plantea un mes después, cuando Kornilov fracasa, vuelve a replantear los términos de la política bolchevique. Pero también echó luz sobre los debates del VI Congreso. Algo frecuentemente ignorado en la historiografía de la revolución y que, años después, mereció el siguiente comentario de Trotsky:


“¿En qué forma —se preguntó entonces- reconquistaron los soviets conciliadores a principios de septiembre el poder que habían perdido en julio? En todas las resoluciones del VI Congreso domina la afirmación de que, como resultado de los acontecimientos de julio, fue liquidado el poder dual, siendo sustituido por la dictadura de la burguesía. Los historiadores soviéticos de nuestros días reproducen de un libro en otro esta idea; sin intentar siquiera examinarla de nuevo a la luz de los acontecimientos ulteriores. Al mismo tiempo, no se formula la pregunta de, si el poder pasó enteramente en julio a manos de la pandilla militar, ¿por qué esa misma pandilla tuvo que recurrir a la sublevación en el mes de agosto? Quien se decide a lanzarse por el arriesgado camino del complot no es el que tiene el poder, sino el que quiere adueñarse del mismo.


La fórmula del VI Congreso era, cuando menos, imprecisa. Si hemos calificado de poder dual un régimen en que el gobierno oficial tenía en sus manos, en el fondo, una ficción de poder, mientras que la fuerza real estaba en manos del Soviet, no hay motivo alguno para afirmar que el poder dual quedó liquidado desde el punto y hora en que pasó del Soviet a la burguesía parte del poder efectivo. Desde el punto de vista de los fines combativos del momento, podía y debía exagerarse la importancia de la concentración del poder en manos de la contrarrevolución. La política no tiene que ver nada con las matemáticas. Desde el punto de vista práctico, era incomparablemente más peligroso disminuir que exagerar la importancia del cambio realizado. Pero el análisis histórico no necesita para nada de las exageraciones de la agitación…


…Los conciliadores se negaron a desempeñar el papel de correa de transmisión encargada de pasar el poder de manos de la burguesía a las del proletariado, de igual suerte que habían desempeñado en marzo el mismo papel, sólo que en sentido inverso, es decir, transmitiendo el poder de manos del proletariado a las de la burguesía. Pero a consecuencia de ello, la consigna "el poder a los soviets" flotaba nuevamente en el aire. Tal estado de cosas no duró, sin embargo, mucho tiempo; ya en los días inmediatamente siguientes obtuvieron los bolcheviques mayoría en el Soviet de Petrogrado, primero, y luego en otros. De ahí que la consigna "el poder a los soviets" no fuese retirada del orden del día, sino que cobró un nuevo sentido: todo el poder a los soviets bolchevistas. En este aspecto, la consigna ya no era una consigna pacífica. Había dejado de serlo definitivamente. El partido se decide por seguir la senda del levantamiento armado a través de los soviets y en nombre de los mismos…”.1


1. León Trotsky, "Historia de la Revolución Rusa".