Ayer, 24 de septiembre, durante la huelga de trabajadores del subte, la empresa reaccionó, como lo hace habitualmente, ante la suspensión del servicio, devolviendo pases para nuevos viajes en vez del dinero del importe. Unos 50 pasajeros de la Estación Angel Gallardo destruyeron varios molinetes y los vidrios de la boletería lado sur, discutiendo con los policías que se fueron haciendo presentes, gritando y exigiendo lo que les correspondía. Ancianos y jóvenes reclamaron con fervor y después de quince minutos la boletería se vio obligada a devolver el dinero de todos los pasajeros.

Este dato es bueno. Si la presión popular es suficiente, los boleteros devuelven el dinero con lo que tienen en la caja, no hay que esperar a ningún “supervisor” que venga a dar el permiso ni cosa parecida.