Lavagna y Duhalde están protagonizando una verdadera farsa.

Dijeron que no usarían las reservas en dólares para pagar un vencimiento con el Banco Mundial, de 850 millones de dólares, cuando ya usaron, desde principios de año, 4.500 millones de dólares y más de otros 10.000 millones de dólares aportados por el saldo del comercio con el exterior.

Durante esta misma semana le pagarán al FMI una cuota de 180 millones de dólares.

La realidad es que el gobierno que dice plantarse ante el Fondo le está entregando los recursos que le niega a los desocupados, a los trabajadores, a la salud y a la educación.

En el 2003, Argentina volverá a tener un superávit comercial de unos 16 a 20 mil millones de dólares, que el FMI quiere acaparar íntegramente. De esto, que sería la repetición de lo ocurrido en el 2002, Duhalde y Lavagna no hablan.

El FMI no se propone, entonces, reestablecer el crédito para Argentina sino llevarse los recursos del comercio exterior. Lavagna va por lana y va a salir esquilado.

La salida para los trabajadores pasa por acabar con este saqueo y por la reorganización del país sobre nuevas bases sociales.

Fuera la deuda usuraria contraída por banqueros y explotadores.

Nacionalización de los bancos bajo control obrero.

Aumento inmediato de salarios y salarío mínimo de 900 pesos.

Reparto de las horas de trabajo y un subsidio al desocupado de 600 pesos.

Fuera el imperialismo. Por la unidad socialista de América Latina.

Completemos los objetivos del 19 y 20 de diciembre. Por una Asamblea Constituyente soberana.