“Confluir y articular una alternativa de izquierda”

Juan Diez, secretario general de la Comisión Gremial Interna No Docente de la Facultad de Ciencias Sociales - APUBA


– Contanos ¿cómo es la situación hoy en el gremio No Docente? ¿Qué lugar ocupa la Agrupación Bordó en el escenario actual del gremio?


 


– La conducción de nuestro gremio, APUBA, que se encuentra enrolado en la CGT, es un claro exponente del sindicalismo burocrático, que no convoca asambleas ni plenario de delegados, no representa las demandas de los trabajadores y trabajadoras, sino sus propios negociados y privilegios. La expresión máxima de esa burocratización está expresada en que el secretario general del sindicato, que está hace 23 años, también es secretario del Rector, poniendo en evidencia la integración total con la gestión de la Universidad.


 


En ese marco, no llama la atención su tregua con el gobierno -en línea con las centrales sindicales- ni tampoco que acompañe el ajuste en la Universidad de Buenos Aires, por ejemplo, a través de un recorte de casi el 50% de la masa salarial que dispuso el año pasado el rector Alberto Barbieri (candidato a ministro de Educación si ganaba Scioli) y el secretario de Hacienda, Emiliano Yacobitti (radical denunciado por varios negociados dentro de la UBA para financiar la campaña de Martín Lousteau para jefe de gobierno porteño).


 


También avaló un importante tarifazo en nuestra obra social que viene sufriendo hace años un proceso de vaciamiento conjuntamente con el Hospital de Clínicas, entre otras medidas que impactan fuertemente no sólo sobre nuestro salario sino además sobre nuestra salud. Días después del paro del 6 de abril, APUBA cerró una paritaria por debajo de la inflación prevista para este año, sin consultar a los trabajadores y trabajadoras, lejos del 35% que habíamos votado en la asamblea de Sociales. De esta manera, la burocracia confirmó una pérdida de más del 10% de nuestro salario frente a la inflación del año pasado y, a su vez, buscó golpear la enorme lucha docente contra el techo salarial que pretende imponer el gobierno.


 


Frente a este cuadro, y con métodos totalmente opuestos, basados en la consulta a los trabajadores y trabajadoras a partir de la convocatoria periódica a asamblea y la independencia con las gestiones, la Agrupación Bordó ha venido creciendo y consolidándose en distintos institutos de la UBA como la principal oposición clasista y antiburocrática dentro del sindicato. Recientemente nos presentamos a las elecciones de Comisión Interna en Rectorado, donde se sumaron activamente una gran cantidad de compañeras y compañeros y logramos instalar ciertas demandas en el centro mismo de las camarillas universitarias, a pesar de la fuerte regimentación que los funcionarios y la Interna burocrática intentan imponer sobre los trabajadores y trabajadoras. 


 


En buena medida, yo mismo soy parte y producto de ese crecimiento y trabajo de construcción y formación gremial clasista de más de 8 años de conducción de la Comisión Interna de la Facultad de Ciencias Sociales, donde el año pasado pudimos realizar una rotación interna y asumí la responsabilidad como secretario general después de tres períodos encabezados por Vanina Biasi. A partir de todo un gran proceso organizativo, formativo y de lucha al frente de la Comisión Interna, sostenidos sobre las asambleas, el contacto e intercambio permanente con los trabajadores y trabajadoras, hemos podido alcanzar y defender importantes conquistas: logramos que el 90% de la planta avanzara en la carrera administrativa que se encontraba totalmente retrasada, haciendo que menos del 8% hoy esté en el escalafón más bajo, conquistamos a través de la lucha un refuerzo salarial que es el más alto que se cobra en la UBA, tenemos un comedor donde comemos por 3 pesos. También, en el marco del gran proceso de movilización de las mujeres, desde la Comisión Interna de Sociales y la Agrupación Bordó venimos impulsando varios proyectos concretos que tienen que ver con la licencia por violencia de género, la ampliación de la licencia por maternidad y paternidad, una licencia por largo tratamiento por familiar enfermo para que las compañeras, sobre las que recae generalmente el cuidado de familiares, no tengan que recurrir a otro tipo de licencias, y la creación de jardines materno-paternales en los distintos institutos de la UBA.


 


– A la luz de tu propia experiencia como constructor de una agrupación antiburocrática y de una interna clasista, ¿cómo ves la propuesta de realizar un Congreso del Movimiento Obrero y la Izquierda?


 


– Me parece que, junto al trabajo de base en cada lugar de trabajo y las movilizaciones, es fundamental llevar adelante un congreso donde podamos confluir y articular una alternativa de izquierda desde los propios trabajadores y trabajadoras frente a las políticas reaccionarias y represivas de Macri y la coalición del ajuste. Desde la Comisión Interna No Docente de Sociales sabemos que podemos seguir avanzando en nuestras demandas, seguir creciendo en la UBA y luchando por recuperar el sindicato, pero no somos una isla y hay luchas que nos exceden. Así lo entendemos y por eso, este año, apoyamos activamente la lucha de los trabajadores de AGR Clarín, organizando recorridas por varios institutos de la UBA para recaudar para el fondo de lucha y participando en varias actividades por la reincorporación frente al cierre trucho y a los ataques contra la organización y el convenio colectivo, que no sólo enfrentan los trabajadores de AGR. También participamos de las grandes movilizaciones de trabajadores, las mujeres y los docentes. Un congreso de luchadoras y luchadores del movimiento obrero y la izquierda resulta fundamental en el contexto actual para dar un salto político para que las luchas en curso triunfen, para seguir fortaleciendo nuestras herramientas gremiales, sumando compañeros y compañeras a la lucha e impulsando un plan de lucha y una transformación social por parte de los propios trabajadores y trabajadoras desde una perspectiva clasista.