El papel de las coordinadoras regionales


En las últimas semanas, la campaña hacia el Congreso del movimiento obrero y la izquierda ha tomado gran forma en las zonas industriales más importantes del país. Se trata de mesas regionales integradas por compañeros de grandes fábricas, luchadores de los sindicatos y animadores directos de distintos movimientos populares. Es lo que ha ocurrido en Córdoba, Mendoza, la zona sur y oeste de la provincia de Buenos Aires, y lo que sucederá en los próximos días en Neuquén, la zona norte bonaerense, el cordón industrial de San Lorenzo, en el norte petrolero de Santa Cruz y en varios sindicatos de la Ciudad de Buenos Aires, entre otras.


 


Sobre el Frente Unico


 


La formación de estas mesas regionales habla de un proceso de construcción política sobre la base de un programa y un método, por un lado, y de un plan de acción, por el otro. Se trata, con total claridad, del método inverso de las “coordinadoras de las luchas” que no podían ponerse de acuerdo en elegir la presidencia del evento. El oportunismo en los principios es la base del método faccional, esto cuando los intereses particulares no se subordinan a una finalidad estratégica.


 


En la construcción de las mesas, se ha tenido en cuenta el balance de las luchas y de las tentativas de organización en los últimos tiempos, o sea de la experiencia real del movimiento. La meta más importante del Congreso de noviembre es servir al desarrollo de mesas y coordinadoras político-reivindicativas, principalmente en todos los centros proletarios. Es una demanda de la situación política del país tomada en su conjunto, que se caracteriza por un desmoronamiento económico y una crisis política cada vez más aguda. El trabajo político consiste en preparar a los luchadores para intervenir en estas condiciones cada vez más excepcionales. Ignorar el proceso político y oponerle las luchas en abstracto es una forma de desarmar al activismo obrero y de la juventud.


 


Grandes planteos


 


En la zona norte de la provincia de Buenos Aires, la declaración que han elaborado los compañeros se destaca, precisamente, por esto: prepara al movimiento obrero frente a una escalada mayor de suspensiones y despidos por medio de un programa, que en primer lugar plantea el reparto de las horas de trabajo y que, en segundo lugar, busca desarrollar una verdadera coordinación que cree las condiciones apropiadas para la ocupación de empresas que despidan o cierren. Este programa plantea el frente único del activismo en cada lugar de trabajo y en cada sindicato, porque no se puede construir la unidad sobre un faccionalismo de base. Es llamativo que en las luchas zonales del último año, las ocupaciones de empresas fueron muy pocas, episódicas y aisladas; es lo que hay que superar. Hubo, sí, una participación de estudiantes en acciones propagandísticas. La mesa norte del GBA apoyó participar en las elecciones de la CTA Yasky, que ya se han largado, sobre la base de luchadores del neumático y docentes, con las reivindicaciones y métodos de lucha que se presentan en la etapa.


 


Otra mesa interesante es la de Mendoza, que ha convocado un gran plenario provincial. Advertido de este gran desarrollo clasista, el gobierno K ha empezado un trabajo para copar ATE. La declaración de la mesa plantea la cuestión minera en términos de clase. Rechaza, por un lado, la reforma del código minero que planean el gobierno y la ‘oposición’ de Cobos y el PRO para entregar la Cordillera de los Andes a la Barrica Gold, y reclama, por el otro, la puesta en funcionamiento bajo control obrero y de las asambleas ambientales de la mina de potasio controlada por Vale Río Doce. El desarrollo del Sitraic en la provincia tiene esta consigna como uno de sus ejes fundamentales. Defendemos el medio ambiente y el derecho al trabajo por medio de una lucha de clases consciente.


 


La mesa en Córdoba, que se estableció en un plenario muy numeroso, discutió la intervención en varias elecciones sindicales de aquí a fin de año. La UOM atraviesa una una gran deliberación en la base y en los delegados independientes como consecuencia del impacto de las suspensiones y despidos; lo mismo vuelve a ocurrir en el Smata. Muchos luchadores de las asambleas ambientales que enfrentan a Monsanto se han sumado a la iniciativa, así como también con el movimiento de defensa del agua.


 


En Neuquén, el proceso de formación de la mesa incorpora un debate de fondo sobre las perspectivas de las fábricas bajo gestión obrera. Zanón ha lanzado un plan de lucha por un crédito del Estado para la renovación de su parque productivo. La formación de una mesa de ceramistas, docentes, estatales, trabajadores de la fruta y el frío está a la orden del día. Esto ayudará a la penetración entre los obreros petroleros y de la construcción, en plena invasión de capitales por Vaca Muerta. Se trata de una política que apunta a la perspectiva de una Central Obrera mayoritaria en Neuquén, independiente de las patronales y el Estado.


 


Militar y reclutar


 


Promovemos la caracterización política de cada situación a cargo del propio movimiento obrero. Esto supone el debate de la situación en su conjunto. De este modo los compañeros se transforman en voceros políticos de su clase. Nadie lo ha planteado hasta ahora; es uno de los objetivos mayores del Congreso.


 


Los compañeros que se suman a la iniciativa lo hacen en términos individuales, con independencia del nivel de dirección sindical. Participan como militantes, que se esforzarán por convencer a otros compañeros y a reclutarlos para la campaña, sin arrogarse una representación que no han ganado políticamente, que es lo que ocurre de un modo casi habitual. Así como la burocracia dice que los sindicatos son peronistas, es frecuente que la izquierda haga lo mismo allí donde sus militantes han ganado representación sindical. En nuestro caso, no tenemos el menor interés de saltarnos el paso de la conquista política de cada trabajador para la causa de la revolución socialista. Los sindicatos deben ser autónomos de los partidos y adoptar sus decisiones por medio de asambleas y congresos. El sentido estratégico del trabajo revolucionario en los sindicatos no es ganar su estructura, sino elevar la conciencia y la organización de la clase obrera para la lucha por un gobierno de trabajadores.


 


El Frente de Izquierda


 


Desde abril pasado, cuando se realizó el congreso anual del Partido Obrero, hemos planteado que el Congreso fuera convocado por el Frente de Izquierda. Los partidos del Frente prefirieron desarrollar otra alternativa -antagónica al Frente de Izquierda, con la etiqueta de coordinar las luchas. Aún sostenemos la posición de una convocatoria común. El desarrollo de mesas regionales debería facilitar la unidad de la convocatoria. En ellas estarían presentes agrupaciones que actúan diferenciadas en los lugares de trabajo y en los sindicatos, por lo que su integración sería un paso extraordinario para promover entre ellas un frente único frente al Estado, las patronales y la burocracia sindical. Un cuadro o contexto político común daría más precisión a las posiciones diferentes de unos y otros. Todo esto no es recomendación de manual, menos aún pedante; tiene que ver con la situación política de conjunto, que se caracteriza por una transición en el movimiento obrero y la juventud hacia posiciones independientes del Estado capitalista.


 


Nuestro partido, el Partido Obrero, se delimita en el debate de la izquierda por la política de construir una alternativa de poder clasista en el curso de la crisis presente y como resultado de ella.