“Es necesario que los trabajadores nos pongamos al frente”

Miguel Díaz, trabajador de Siderca y dirigente de la agrupación El Mandril


-¿En qué cuadro se encuentra el movimiento obrero? 


 


-Hoy se ve un cuadro de permanente expectativa, donde los conflictos de otros gremios y otras fábricas ya no se ven como algo ajeno, que sólo le ocurre a otros. Hay una inquietud de saber cómo se desarrollan esos conflictos y qué métodos se utilizan. Las luchas trascienden límites mediáticos y geográficos.


 


Aparece, por un lado, la lucha de AGR, que ya lleva más de cien días y, en contraste, conflictos como el de Atanor, con los límites de una dirección gremial que no se jugó y entregó el conflicto. Tenemos que ver conflictos anteriores y cómo fue el proceder de las directivas gremiales y de los mismos trabajadores, para sacar conclusiones y no volver a repetir, por ejemplo, en nuestra zona (Campana), lo que sucedió en TFL, Quipro y hasta Lear.


 


Si bien en gremios como la UOM todavía hay compañeros que no terminan de agotar la experiencia con direcciones estáticas, entreguistas y que están alejadas completamente de los intereses de los trabajadores, comienza a armarse un caldo de cultivo que permite que las organizaciones independient es empiecen a ganar protagonismo. Los diferentes planes de lucha, de docentes, estatales e incluso dentro mismo de Siderca con paros de base, dejan en claro que hay otros métodos que son más acordes a la clase obrera.


 


-¿Qué opinás de la convocatoria a un congreso del movimiento obrero y la izquierda?


 


-Es inocultable el rol de contención de las CGT y CTA, que han entrado en hibernación y que tanto en el oficialismo como en la oposición son cómplices en el ajuste. El descreimiento de los trabajadores hacia la clase dirigente, abre un interrogante respecto de adónde debe virar la orientación del obrero. Es clave aprovechar este campo que se abre con un programa que abarque no sólo un listado de reivindicaciones, sino una salida política clara agitando los centros industriales más importantes.


 


Es en este contexto donde un congreso del movimiento obrero y la izquierda no sólo puede ofrecer una propuesta respecto de las reivindicaciones más inmediatas de los obreros respecto al salario, condiciones laborales, salud, educación y más profundo, y la recuperación de sindicatos. Además, da la oportunidad de involucrarse en el desarrollo de su propia fuerza política, eligiendo sus candidatos e impulsando un frente único, no sólo en la cuestión sindical sino en la conformación de las listas para las elecciones generales.


 


-¿Qué tareas deberíamos realizar para conquistar esos reclamos pendientes?


 


-Los trabajadores vemos postergados los reclamos más básicos que no terminan en el salario. En cada paritaria, en cada empresa que cierra o despide, vemos que las conducciones gremiales actúan ya sin margen, con argumentos e incluso mandato patronal, en favor del “trabajo nacional” o desorganizando un paro, como la CGT, como la UOM.


 


En los sectores obreros más regimentados se espera aún que esas directivas sindicales tomen un giro que no va a llegar. Es necesario que los trabajadores nos pongamos a la cabeza y organizacemos cada fábrica, cada barrio, construir una nueva dirección, no sólo en los sindicatos, sino también como una salida al ajuste de Macri y Vidal. Tenemos la enorme tarea de preparar las condiciones para que gobiernen los trabajadores.


 


El desarrollo de un programa, una alternativa que se sienta como propia allí donde los compañeros buscan una dirección, será el puntapié inicial para darle curso a una salida obrera independiente de los patrones y de los gobiernos.