Necesitamos superar el miedo y las presiones

Luciano Fiorelli, delegado de Volkswagen Córdoba

-Está convocado para el 8 de noviembre, en el Luna Park, un Congreso de la izquierda y los trabajadores ¿qué opinás de esta iniciativa?

-Me parece muy importante hacer una convocatoria de este tipo en vista de lo que estamos padeciendo los trabajadores de todo el país. Nosotros, los mecánicos, lo estamos viviendo en carne propia, y como referencia principal tenemos lo que está sucediendo con la planta de Lear en Buenos Aires y con la burocracia sindical del Smata. Sabemos que sucede otro tanto en otros sindicatos, así que la idea de hacer una convocatoria a los trabajadores con el sector político de la izquierda me parece muy importante, porque de allí pueden salir muchísimas ideas y aportes para poder seguir adelante con esta lucha que, sin duda, tiene que dar un vuelco y tomar abiertamente un rumbo antiburocrático y antipatronal.

-¿Qué problemas y propuestas, a tu entender, debe abordar el congreso?

-Todavía no lo hemos conversado con los compañeros, pero prima facie debe establecer la unidad verdadera de todo el movimiento obrero, de todos los que estamos pasando por estas vicisitudes. Los mecánicos, por ejemplo, nos estamos viendo unos a otros como extraños cuando debemos tener de conjunto una actitud hacia quienes son nuestros verdaderos verdugos. El sufrimiento del trabajador viene en gran parte por la burocracia y los que tenemos que darle un corte a eso somos los mismos trabajadores. Nosotros, por primera vez, estamos viviendo en Volkswagen Córdoba suspensiones, y si bien eso tiene que ver con una situación compleja de carácter incluso internacional, es parte también de una persecución sindical y política. En algunas asambleas que se hicieron en el sector MQ200, donde los compañeros están afectados a suspensiones se planteó, por ejemplo, por qué no se hacía un plan para bajar los ritmos de producción y repartir así ese trabajo que hoy están haciendo pocos trabajadores entre los suspendidos, una suerte de reparto de las horas para decirlo así. En el último año, año y medio, han cambiado los ritmos de trabajo una barbaridad con el bendito “Turboplan” y con otras cuestiones que han ido sucediendo. Los ritmos de laburo han aumentado muchísimo y se ha disminuido la cantidad de trabajadores por sectores y células, y se ha recargado a un montón de compañeros. La burocracia del sindicato no propuso nada de esto, puede salir la idea de un trabajador o de un delegado, pero es la organización sindical la que debe llevarlo adelante y eso no lo hace la burocracia; lejos de eso se dedica a perseguir a los delegados y al activismo que lucha.

-¿Considerás que la convocatoria para el 8 de noviembre sirve para afrontar esta tarea?

-En el interior de las empresas, los trabajadores hablan y se expresan muy por abajo y eso hay que hacerlo surgir, dejando de lado el miedo y otras presiones. La convocatoria del 8 muy posiblemente ayude a los trabajadores a superar los problemas que afrontamos, pero depende también del espíritu que le pongamos. Los dirigentes políticos que tienen esta iniciativa y el poder de convocarlo hacen su aporte, pero para hacerlo efectivo los trabajadores nos tenemos que poner al frente. Por eso, estoy totalmente de acuerdo con la convocatoria al congreso e invito a todos a que nos pongamos a realmente a trabajar, a unificarnos porque esto sería estupendo en el actual momento político y sindical.


E. S