A 30 años de la victoria del pueblo de Vietnam


Estimados compañeros:


 


Escribo estas líneas para saludarlos y en especial para recordar los 30 años de la victoriosa lucha del pueblo de Vietnam y la derrota del criminal imperialismo yanqui y sus títeres de Indochina.


 


Los crímenes repugnantes cometidos por el imperialismo no doblegaron la indomable fuerza de un pueblo unido en su lucha por su independencia nacional, rodeado por la solidaridad moral y material del campo socialista, de la ex URSS, en primer lugar, y China.


 


Para continuar, después de la firma de los acuerdos de París (1973), EEUU violó descaradamente las obligaciones acordadas para asegurar la paz en Vietnam. Hablaban de respeto a los acuerdos mientras ocultaban el envío de armas, municiones, aviones, dólares y expertos disfrazados de “asesores civiles” para apuntalar al corrupto pro yanqui Thieu.


 


Conviene no olvidar jamás algunas cifras que hoy se empeñan en ocultar las agencias norteamericanas e internacionales, como los casi tres millones de soldados norteamericanos, decenas de miles de tanques y artillería, cientos de buques de guerra para ahogar en sangre la noble lucha del heroico Vietnam; más de 50.000 millones de dólares llevaban invertidos hasta 1972 en esta sucia guerra, donde el número de muertos y heridos entre la población civil se elevaba, en el lapso de 1965-1972 a 1.350.000; sólo hasta 1969 habían asesinado a más de 25.000 niños y mutilado cerca de un millón. En 1971 fueron 125.000 los niños que cayeron en Vietnam del Sur a consecuencia de las bombas explosivas, napalm y gases tóxicos.


 


Los gángsters del aire redujeron a escombros cientos de hospitales y miles de escuelas. Seis millones de sudvietnamitas perdieron sus hogares y pueblos. Los EEUU, con su política expansionista, llevaron a la muerte a 60.000 de sus soldados, más de 300.000 fueron heridos, una cifra incalculable quedaron inválidos para toda su vida.


 


Los imperialistas yanquis envenenaron y deshojaron plantíos y bosques, convirtieron zonas florecientes en paisajes desolados y áridos que ha costado años recuperar.


 


Para finalizar, un accionar tan macabro y cruel como la intervención norteamericana en Vietnam no fue para asegurar la libertad de un pueblo como ellos siempre lo justifican. La libertad de Vietnam, su paz y su progreso, dignidad de todo un pueblo sacrificado hasta el martirio en su justa lucha, fue por la plenitud de sus nobles luchadores, que con inteligencia vencieron a la tecnología y expulsaron al opresor imperialista.


 


Me despido muy atentamente.