A fondo, contra la ‘ley anti-terrorista’

Compañeros:


En la escalada represiva contra el pueblo hay que precisar que el tratamiento ‘consensuado’ por el PJ, la UCR y el Frepaso y el impulso dado en el Congreso a la llamada “ley antiterrorista”, permitirá la aplicación del Terrorismo de Estado para garantizar la profundización de los planes de hambre, entrega y exclusión social de esta democracia. Por lo tanto, es de vital importancia difundir qué significa y qué alcances tiene esta ley.


En la Prensa Obrera Nº 535, el artículo “Espionaje y provocación contra el pueblo. Ley antiterrorista” trata el tema, pero a mi modo de ver lo hace superficialmente, aunque marque algunos aspectos esenciales de la misma. (“Esa nota está floja”, le comenté a un chango del PO y él sugirió que si les escribía, podía decirles a todos los compañeros por qué, y bueno…). Además, allí se expresa que no está clara la actitud del Frepaso; esto merece un párrafo aparte, porque en realidad está muy claro el compromiso del Frepaso en defender el sistema.


Partiendo del análisis que las bases de fondo van más allá de la introducción de las nefastas figuras del “agente encubierto”, del “informante” y  la “sustitución de identidad”, podemos ver que están sustentando el ‘blanqueo’ absoluto de toda una política de impunidad e implantación del terror. De esta manera, el control político y social, la intimidación y la delación, no sólo hacen viables el espionaje y la provocación contra el pueblo, sino que atacan, de forma abierta y descarnada, todos sus derechos y las más elementales garantías constitucionales. El derecho al debido proceso y la defensa en juicio pasarán a ser letra muerta (como en el caso de los presos de La Tablada), pero esta vez legalmente para todo imputado de algún ‘delito terrorista’ que caiga en las garras de un juez federal. La legalización del “agente encubierto” (puede delinquir pero goza de impunidad), del “arrepentido” (si ‘colabora’ será desafectado de la causa) y del “informante” (delator) incluye que el Estado garantizará su anonimato (cambio de identidad) y la solvencia económica (vivienda, comida, dinero) durante diez años. Así se pretende asegurar la infiltración del movimiento popular por las fuerzas represivas. La última dictadura da cuenta también de “agentes encubiertos”: el genocida Alfredo Astiz, usando el nombre de Gustavo Niño, fue infiltrado en 1977 en la Asociación Madres de Plaza de Mayo y así fue como su primera presidenta y otras compañeras fueron desaparecidas. Durante el gobierno democrático de 1975, el ‘Oso’ Ranier, infiltrado en la organización Ejército Revolucionario del Pueblo, llevó a la muerte y/o a la cárcel a casi setecientos militantes revolucionarios.


Para que la más honda falta de dignidad humana que significa la delación, la traición, la utilización de denuncias penales para provocar perjuicios a terceros, la búsqueda de recompensas económicas para ‘marcar’ gente escudándose en el anonimato, funcione orgánicamente, se creará una ‘agencia’ estatal del poder ejecutivo, con presupuesto propio y facultades para responder ante el ocultamiento y cobertura de agentes, delatores, etc.


En cuanto a la actitud del Frepaso: Chacho Alvarez avaló el proyecto consensuado, luego se arrepintió y retiró su firma, pero, junto a Darío Alessandro, Rodolfo Rodil y Marcelo Vensentini, presentó otro bajo el título de “Lucha contra el terrorismo internacional”, que si no es igual, es peor que el desestimado. Como muestra basta un botón, se pueden citar algunos puntos del mismo: “Un delito (sic) será considerado de naturaleza terrorista cuando se presuma fundamentalmente que alguna parte del mismo (…) tuviere como propósito la obtención de alguna medida o concesión por parte de cualquier miembro de los poderes públicos” (art. 2).


En otras palabras, cualquier organización que busque una coordinación de la lucha para un reclamo común de cualquier cosa o situación podrá estar inmersa en esta figura de terrorismo internacional; por ejemplo, el Servicio de Paz y Justicia, el MoPaSSol o Familiares de Detenidos y Desaparecidos, que es miembro de Fedefam, etc.


También el Frepaso reconoce el accionar de los “arrepentidos” y de los “agentes encubiertos” en las organizaciones existentes o en formación, quienes quedarán libres de culpa y cargo de los delitos del Código Penal que se les impute y serán premiados por su delación con sostén económico y amplia seguridad personal. Para ser bien precisos, la aplicación de esta ley es una reformulación actualizada de la Doctrina de Seguridad Nacional que, con tanta decisión, ejecutaron las distintas dictaduras del continente. Como no puede ser de otro modo, este engendro terrorífico tiene su cuna en la política del imperialismo para toda Latinoamérica. Basta tomar en cuenta las Bases y Fundamentos del Santa Fe I y II, la “Cumbre de las Américas” (que reunió en diciembre del 94 a todos los gobiernos de la región con expresa exclusión de Cuba) y las resoluciones de la “Conferencia Especializada Interamericana sobre Terrorismo” de los estados miembro de la OEA, en abril del año pasado, en Lima, para visualizar que así como el sistema necesita imponer un modelo económico para toda América Latina, también precisa responder con una fuerte represión planificada y orientada a paralizar y quebrar todo intento de resistencia y lucha popular. (Algunos datos para tener en cuenta: en Uruguay se está analizando la modificación del derecho de asilo. En Chile se acaba de enviar al Parlamento un proyecto de ley sobre conductas terroristas y otro sobre la creación del Sistema Nacional de Inteligencia. En Colombia existen dos “decretos antiterroristas”, de 1995, que estimulan la delación como política estatal. El más grave y aberrante es el que creó los tribunales de excepción, donde los jueces no tienen rostro y la presentación de pruebas está bajo secreto. En Perú, el gobierno promulgó la ley Nº 25475, que es la que está vigente y constituye una verdadera política de exterminio: también son legales los “tribunales sin rostro” y las sentencias sin firma de los magistrados). Ante todo esto debemos tener muy claro que nunca las organizaciones revolucionarias y populares han usado métodos terroristas y en cambio el Estado siempre lo hizo, cultivando y desarrollando planes y políticas de amedrentamiento e imposición en su afán de aniquilar la lucha del pueblo y su clase trabajadora. La instrumentación de esta ‘lucha antiterrorista’ no es otra cosa que una prueba más.


Por eso, como decía el legendario Panfilov a sus rudos soldados montañeses, “lo primero es vencer al general Miedo” y después el camino está para seguir andando y triunfar.


En otro orden de cosas quiero aprovechar la oportunidad para destacar, en particular, la nota “Otro crimen monstruoso del imperialismo”, de Prensa Obrera Nº 537, basada en la denuncia de la masacre de los militantes del MRTA en la Embajada japonesa en Perú.


En estos tiempos en que el individualismo y el acomodo ganan algunas partidas en la sociedad, en que se intenta blasonar ‘utopías desarmadas’, en que viejos guerrilleros en indecente reposo ‘autocrítico’ gozan del beneficio de los medios masivos para atacar a la moral revolucionaria de quienes no se arrepienten ni traicionan; en esta época en que todo lo que tiene olor (o ‘tufo’ para algunos) a guerrilla resulta una lepra y reinstalan la “teoría de los dos demonios”, y se pone al Che —cual accesorio de moda— en afiches, camisetas e incluso banderas, es positivo y alentador sentar posiciones claras frente a hechos como los acaecidos a nuestros hermanos peruanos. También es importante el llamamiento a una Campaña mundial por la libertad de los presos políticos de Perú, o tomar, como dicen las Madres, la libertad de los presos políticos a nivel mundial, pero no es menos cierto y mucho más concreto que, una buena forma de aportar a esta lucha, es defendiendo a nuestros presos políticos. Los compañeros de la causa de La Tablada llevan 8 años en las cárceles del régimen menemista; más allá del cuestionamiento o motivo por el que cayeron: ¿quién puede negar el compromiso honesto y desinteresado de estos militantes en la lucha popular?


En honor al comandante Néstor Cerpa Cartolini y a los demás combatientes del MRTA, que por denunciar la injusticia en que viven sus hermanos fueron masacrados, hagamos que el dolor y la consternación que nos produjo el hecho se traduzca en conciencia para levantar, en concreto, no sólo con declamaciones, la bandera de la lucha por la libertad.


Un abrazo, fraternalmente.