Aborto y burocracia stalinista

El aborto fue legalizado en Rusia por Lenin en 1920. “El poder revolucionario ha dado a la mujer el derecho al aborto, uno de sus derechos cívicos, políticos y culturales esenciales mientras duren la miseria y la opresión familiar… Pero este triste derecho fue transformado por la desigualdad social en un privilegio” (León Trotsky, “La Revolución Traicionada”).


“A mediados de 1920, había escasez de camas en las clínicas estatales para abortos y se abrieron clínicas ‘comerciales’ pagas” (Financial Times, 21/8), explica Andrei Popov, un investigador médico que ha estudiado el aborto en Rusia por 13 años. A esas clínicas “comerciales” concurrían las mujeres de la burocracia, mientras que las obreras y campesinas estaban obligadas a concurrir a las clínicas estatales, en las que las precarias condiciones sanitarias produjeron miles de muertes y mutilaciones —algo que Trotsky denunció en “La Revolución Traicionada”.


Después de haber mostrado su incapacidad para proporcionar los socorros médicos necesarios y las instalaciones higiénicas a las mujeres obligadas a recurrir al aborto, la burocracia cambió bruscamente y se lanzó a la vía de la prohibición. Cuando el aborto fue re-legalizado, dice Popov, “se formó un formidable lobby abortista. Dentro de los más altos escalones del ministerio de salud, un poderoso grupo de jefes médicos, que ganaban generosos honorarios proveyendo servicios ‘extras’ como anestesia durante los abortos, ‘bloquearon la producción y el desarrollo de la industria de anticonceptivos para proteger sus propios intereses’”. El cuerpo de las mujeres rusas fue convertido, por la burocracia, en una fuente inagotable de “ahorros”.


Es altamente probable que sea este mismo “lobby abortista” el que se encuentre hoy detrás de su prohibición. La ley significa, en definitiva, una gigantesca “privatización” de la salud pública y la conversión del aborto en una “mercancía” … que sólo podrán pagar, en las debidas condiciones de seguridad e higiene, las mujeres de los burócratas y de los gerentes de las empresas devenidos en “nuevos millonarios”.


Zárate, 30/8