Avellaneda: Crisis política en la Municipalidad

Tras varios intentos, la remozada “oposición”, logró desplazar de la presidencia del Concejo y de todas sus comisiones, a los hombres del intendente Alvarez. Tan aguda fue la crisis que los presidentes de la Cámara de Diputados de la Nación y de la Provincia de Buenos Aires, Pierri y Mércuri, el vicegobernador Romá y otros diputados, se presentaron en el edificio municipal para respaldar la “gestión de Alvarez”. La excusa que se utilizó para la remoción de los hombres ligados al duhaldismo, fue que dentro del Concejo había “ñoquis”, y que no se conocía el destino de veinte millones de dólares. Sus puestos fueron ocupados por hombres de la Unidad Vecinal de Avellaneda, dirigida por Herminio Iglesias, y por concejales ligados a J. C. Rousselot.


Con sólo recordar que estos personajes tienen un frondoso prontuario judicial, se puede reconocer fácilmente que los motivos que se adujeron para montar este operativo no tienen nada que ver con la moral y la limpieza de procedimientos. Es una disputa por “controlar” los “fondos” del municipio. Esta sórdida lucha entre menemistas y duhaldistas, tiene como base los diferentes posicionamientos que se vienen desarrollando dentro del aparato del PJ en función de la sucesión presidencial. Al “gesto” de Pierri de agriarle la fiesta a Menem, metiendo en cana a un gerente de la privatizada SEGBA (Edenor), el menemismo responde golpeando al corazón del Concejo aliado de Duhalde. ¡¡Y esto recién comienza!!


Un dato muy importante fue la actitud del bloque radical, estos adalides del antimenemismo dieron sus 8 concejales (junto a 3 del UVA y 2 de Rousselot) para que las comisiones fueran presididas por ¡¡menemistas!! (el PJ quedó con 9 concejales y 1 de UCD). Va quedando más claro en la población (y así lo percibe) la división en el seno de la clase gobernante, su incapacidad y sus negociados. En Avellaneda nos decían que no había plata para aumento de salarios. ¡Mentira! Ahora sabemos que había, pero que las desviaron para otros fines. Que aparezca y se aumenten los sueldos. Que se abran los libros de la municipalidad para controlar la recaudación y los contratos. Que intervengan para destapar la olla los trabajadores municipales, que en varias oportunidades han hecho denuncias públicas de vaciamiento de hospitales y reparticiones en favor de contratistas “privados”. Es necesario una comisión de trabajadores y vecinos para investigar todos los gastos, y los del Concejo también. Plata hay. Que se rebajen los impuestos en las zonas carenciadas. Juicio y castigo a los ladrones de los fondos de la población.