Brasil: La base está

Lula y el PT no harán más que agudizar la lucha de clases en el Brasil.


El terreno objetivo en el que deberán “gobernar” tras la segunda vuelta, es el de una crisis mundial – con sede en Nueva York – , que promete potenciar sus contradicciones y llevar a la quiebra no sólo a grandes y pequeñas multinacionales (Enron, Fiat, Pecom), sino también a las burguesías de naciones y continentes enteros. América Latina en primera instancia.


El cuadro se completa con el fenomenal colapso de los regímenes democratizantes latinoamericanos, cuya máxima expresión es el “caso Argentina” – que no contagiaba pero, no obstante, se reveló como una víctima más de la epidemia terminal del capitalismo mundial.


Es en este marco que el centroizquierda continental, con Lula a la cabeza, llevará adelante una feroz ofensiva contra las masas con el objetivo estratégico de seguir los dictados del FMI, pagar la deuda externa y salvar a la burguesía local, si algo queda de ella. Obviamente, haciendo recaer sobre los trabajadores brasileños el peso insoportable de esta política, con despidos masivos, congelamiento de salarios, aumento de la carestía de la vida, y represión de las luchas populares y del movimiento de los sin tierra, en particular.


Si bien es cierto que estas luchas y este movimiento han entrado en una impasse con el proceso electoral y la victoria del PT, también lo es que el más profundo reflujo del movimiento piquetero argentino se dio, justamente, durante el ascenso de la Alianza, con todas las expectativas que el centroizquierda infundió entre las masas. Sin embargo, sus limitaciones no hicieron más que echar leña al fuego para alimentar como nunca la caldera en la que se cocinó la rebelión del 19 y 20 de diciembre.


Falta en Brasil el movimiento piquetero y, sobre todo, el partido revolucionario. Pero es en el curso de los grandes conflictos que se avizoran, es al calor de la lucha inminente por sus reivindicaciones y contra la ofensiva de la burguesía brasileña y el imperialismo, que los trabajadores brasileños se darán las herramientas para derrocar al régimen burgués en la perspectiva del gobierno obrero.


La base está: los campesinos sin tierra, la clase obrera brasileña ocupada y, sobre todo, los millones de desocupados obligados a organizarse y luchar para sobrevivir. Y la experiencia argentina. Factores que, más temprano que tarde, abrirán camino al Brasileñazo que acelerará la revolución latinoamericana y mundial.