Correo de lectores
26/11/1998|609
Carta abierta a mis compañeros del Sanatorio Mitre
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El jueves 11 de noviembre, el Jefe de Personal me informó verbalmente que no podía ingresar al establecimiento, porque la empresa me había enviado un telegrama de despido por “reestructuración”; recibido el mismo lo rechacé por injusto y arbitrario. Reclamo mi reincorporación.
Compañeros, esta reestructuración es una mentira, ya que no existe reestructuración de una empresa de más 1.000 trabajadores con un solo despido. Pertenezco a un sector donde toman permanentemente personal y, más aún, cercano el período de vacaciones anuales.
Estoy complementando mis estudios en la Licenciatura de Enfermería y tengo un legajo intachable, sin sanciones de ningún tipo e incluso mi trabajo es valorado por los jefes y supervisores de la Unidad de Terapia Intensiva, a la que pertenezco desde el año ‘96. No cabe duda de que es un despido injusto y arbitrario, que el argumento de la reestructuración que esgrime la patronal no se lo traga nadie. Si es como dice la declaración firmada por Cabaña y Caro, que me despidieron por impulsar un petitorio por mejoras en el servicio, evidentemente la patronal muestra que no soporta el más mínimo reclamo, por más justo que sea y que surja de los trabajadores; una actitud completamente antidemocrática. La respuesta al petitorio de los compañeros de Circuito Cerrado, donde pedíamos ocho francos mensuales, fue negativa. Ocho francos existen en muchos establecimientos de sanidad, son terriblemente necesarios por el ritmo en el que se trabaja y al estrés al que estamos sometidos los enfermeros y enfermeras.
La negativa confirma que la patronal pretende sobrecargamos de trabajo y negamos derechos elementales. Los compañeros que firmamos el petitorio pensamos que en este país se respetaban los derechos constitucionales, el derecho a peticionar a las autoridades. Mi despido confirma que es una patronal autoritaria que niega todo reclamo y pretende que el Sanatorio Mitre se convierta en una cárcel, donde no exista el derecho a organizarse.
¿Es una casual coincidencia que me despiden 5 días antes de que se inicie el período de renovación de delegados del sanatorio? A partir del 16 de noviembre pueden inscribirse los candidatos a delegados y el 27 se votará, de acuerdo con la convocatoria de ATSA.
La actitud de los delegados ha sido totalmente inoperante, en cuanto no informaron, no recorrieron ni impulsaron la resistencia a mi despido, lo cual confirma sus palabras iniciales, que no fueron precisamente de aliento: “No se puede hacer nada”, lo mismo que dice ATSA en todos lados y en este caso se vio claramente que no ha movido un dedo por mi reincorporación.
La actitud de la empresa de meter miedo no debe paralizamos, por el contrario, frenar un despido nos fortalece y nos prepara para mejor defender la fuente de trabajo de cada uno de nosotros.
Esta es mi reflexión y por este intermedio quiero volcarla a mis compañeros así como hacerles saber que sigo exigiendo mi reincorporación ante la empresa y ante el Ministerio de Trabajo.