Cine militante

Entiendo necesario aclararle a Ezequiel, quien dice que coincide con el programa político que defendemos en torno a la “crisis del cine nacional”, cuál es la distancia de éste de la adopción de una forma de expresión como el cine militante.

Cuando decíamos en “La oda a Favio” que “ese programa se gesta en las huestes del cine militante”, sólo estábamos señalando la procedencia de origen de un planteo que en ningún caso significa la imposición de una forma de expresión para quienes deben tomarlo. En realidad, el planteo del programa para el cine nacional es una salida para la propia crisis de realización de la obra de, por ejemplo, Favio.

Cine militante

En cuanto al cine militante como forma vale decir que lo que lo distingue esencialmente es la conversión de la obra en una totalidad que incluye no sólo el “producto” (la peli) sino también su distribución y, sobretodo, su exhibición como un acto. Quienes fundaron esta corriente artística, que no eran precisamente socialistas, planteaban que “el espectador es un traidor”, es decir que llamaban a una identificación con el contenido para producir una participación activa del antes espectador, ahora actor, sobre la obra en particular a partir de un debate y sobre la obra más general de la lucha política a través de la acción.

Tomado así, son muchas las obras que sin declararse a sí mismas partícipes de este género o forma pueden resultar puestas en “acto” con el criterio del cine militante. En ese sentido, no inventaremos nosotros que Tiempos Modernos puede ser utilizada bajo esa forma, en tanto que su denuncia es implacable.

Saludo el interés y el debate abierto.