Con Cuba, contra los Bush

Eduardo Duhalde, el presidente al que nadie votó, y Carlos Ruckauf, el ministro del gobierno de la “Triple A” y el gobernador que llamaba a “meter bala a los delincuentes”, tienen el verdadero descaro de promover en las Naciones Unidas una resolución de condena a Cuba por violación de los derechos humanos.


Duhalde-Ruckauf han ido mucho más lejos que los propios Menem y De la Rúa en el ataque a Cuba: mientras los primeros se “limitaron” a votar a favor una condena presentada por Estados Unidos, los segundos se han convertido en los promotores políticos e ideológicos.


Los gobernantes argentinos no ocultan que el voto contra Cuba está orientado a ganar la “benevolencia” del imperialismo norteamericano y del FMI. Creen que el voto contra Cuba les permitirá arrancar el “salvataje” del que depende la suerte de su gobierno. No han aprendido que, a pesar de todas sus “lamidas de botas”, el FMI y los norteamericanos dejaron caer a De La Rúa y que sus “salvatajes”, como el “blindaje” o el “megacanje”, no fueron más que salvavidas de plomo.


La condena del gobierno argentino a Cuba es un voto, por sobre todo, contra el auténtico interés nacional de Argentina: la expulsión del imperialismo y la ruptura de todos los lazos políticos, diplomáticos, militares y financieros que nos subordinan a él.