¿Cromañón en la escuela?


La masacre producida en el boliche de la Capital Federal golpeó a los funcionarios que trataron, sin lograrlo,de justificar su desidia para garantizar las correctas condiciones de funcionamiento. Por otro lado los familiares y amigos de las víctimas siguen pidiendo justicia.


 


Muchos medios de comunicación vienen “filosofando” sobre las consecuencias de Cromañón; más allá de que algunos intenten manipular la opinión pública, la realidad muestra que la preocupación de la población sobre las condiciones de seguridad en cualquier local o zona de concentración pública es enorme.


 


Como docente me pregunto: ¿Están las escuelas en condiciones seguras para que nuestros hijos estudien tranquilos y nosotros los maestros y personal auxiliar trabajemos normalmente?.


 


Opino que No, en muchos casos la deficiencia es de infraestructura por arreglos sin terminar, pero también por construcciones deficientes que se hicieron mal y se pagaron muy bien, ya en la época de Duhalde-gobernador. A esto hay que sumarle problemas por ejemplo de pozos ciegos y aguas contaminadas. Todos elementos que conspiran contra el buen funcionamiento escolar y obligan al personal a actuar de “vigilante clonado” para que los niños no corran riesgos, muchas veces por el temor a “la responsabilidad civil” con lo cual las autoridades nos intimidan en vez de trabajar para solucionar el problema.


 


La barbarie está instalada hace tiempo, también en nuestras escuelas. Tanto padres como docentes tenemos que denunciar los problemas (no alcanza con hacer “mapas de riesgo” o con folletos que nos digan como actuar frente a accidentes) y exigir que las autoridades educativas y de infraestructura garanticen las óptimas condiciones para que “Cromañón no estalle en ninguna escuela”.