¿Cuán limpia es la energía nuclear?

Graciela R.

Envío este aporte a la cuestión de la energía nuclear que se ha venido tratando en diferentes números de Prensa Obrera en relación con los hechos ocurridos en Fukushima y que son de público conocimiento.

Entre los aspectos que hacen a esta cuestión, está el hecho de qué tan limpia y segura es esta fuente de energía y si tal vez podría llegar a ser utilizada en el socialismo.

Al respecto, es interesante la siguiente declaración aparecida en la revista Ciencia Hoy: “Toda forma de reproducción de energía eléctrica tiene consecuencias ambientales. Las plantas térmicas, las hidroeléctricas y las nucleoeléctricas no pueden calificarse a priori de limpias o de contaminantes en términos absolutos: todas son las dos cosas, según con que se las compare. Deben, pues, ser analizadas y comparadas entre sí para establecer cómo afectan la intrincada trama de ventajas e inconvenientes que define la relación del hombre con el medio” (Volumen 7, Nº 42, Set/Oct 1997, cienciahoy.org.ar/hoy42).

Acerca de este tema, es también muy pertinente el siguiente comentario: “Otro asunto muy debatido es sobre los riesgos de radiación por las centrales eléctricas nucleares. El nivel de radiación causado por ellas no es despreciable. Sin embargo, para hacer una evaluación racional de los riesgos, debemos comparar esos niveles con las alternativas, como las centrales eléctricas alimentadas por carbón. Los riesgos a la salud por el humo del carbón son graves, y están bien documentados, y la radioactividad natural en ese humo se cree que es unas cien veces mayor que el de una central nuclear que funcione en forma correcta, de igual capacidad. Pero la comparación no es tan simple; la posibilidad de un accidente nuclear y el muy grave problema de desechar de manera segura los residuos radioactivos de las plantas nucleares también se debe considerar” (Física Universitaria, de Francis Sears, Mark Zemansky, Hugo Young y Roger Freedman, undécima edición 2005, editorial Pearson Educación de Méjico).

El tema de los residuos nucleares fue intensamente debatido en Argentina cuando existió el proyecto de crear un repositorio nuclear en Sierra del Medio.

En el citado número de Ciencia Hoy se publicaron el trabajo de Norberto Cialella (Autoridad Regulatoria Nuclear), quien estaba a favor del repositorio, y un artículo de opinión de Raúl A. Montenegro, de la Fundación para la Defensa del Ambiente (Funam), que estaba en contra.

Decía (entre otras cosas) Norberto Cialella: “Los residuos radiactivos de alta actividad son una consecuencia inevitable de la operación de centrales nucleares: cuando se toma la decisión de construir y operar una central, se ha tomado también la decisión de generar tales residuos… Muchas veces, en los debates sobre riesgos están en juego posiciones económicas o políticas más amplias, y las percepciones del riesgo se usan como un argumento poderoso en la discusión… El estar expuesto a riesgos no es, necesariamente, algo por evitar a toda costa. Los logros de la vida moderna implican la exposición a varias fuentes de riesgo; el progreso de la humanidad no hubiera sido posible sin los riesgos incurridos por nuestros antepasados”.

Por su parte, Raúl Montenegro decía: “Dado que la persistencia de los riesgos se extiende por mil siglos, y que ninguna disciplina ni profesión actual puede predecir acontecimientos tan distantes con márgenes razonables de exactitud, el proyecto carece de base científica válida”.

Con respecto al tema de cual forma de energía es la mejor, es interesante lo que dice el blog http://falaciasecologistas.blogspot.com/2011/03/: “…la cuestión que deberíamos debatir no es qué fuente de energía es mejor, sino qué modelo energético queremos y cuál es la política energética más adecuada para conseguirlo”.

En primer lugar deberíamos fijar cuáles son nuestros objetivos y prioridades. Una vez que sepamos qué es lo que queremos, entonces podremos pensar cuál es la política energética mas adecuada para conseguirlo. No se puede actuar al revés… No hay un objetivo, sino que hay muchos y diferentes y lo que es peor… pueden estar enfrentados. Por lo que hay que establecer unas prioridades. ¿Que debe tener mas peso? ¿El medio ambiente o la economía? ¿La creación de puestos de trabajo o el precio de la energía?… Fijar los objetivos no es una cuestión técnica ni científica; es una cuestión política e ideológica.

Esto es algo a tener en cuenta, ya que también se está debatiendo sobre el posible uso de la energía nuclear en el socialismo.

En una sociedad socialista se planificaría la economía en base a las necesidades reales de la población en su conjunto, se establecerían prioridades y, en base a eso, se decidiría la política energética y cuáles serían los riesgos que estaríamos dispuestos a correr. Podría decirse que no cualquier sociedad está dispuesta a correr cualquier riesgo.

Son aspectos a tener en cuenta a la hora de fijar posición acerca del tema.