Cuba: ¿Qué clase de democracia?

El folleto del PO sobre las diferentes propuestas programáticas para un Frente de Izquierda, más las observaciones críticas del PO, constituyen un importante elemento de debate político táctico y sobre todo estratégico para el conjunto de la izquierda. Por lo que a pesar de la demora (en el sentido de que el Frente ya se ha concretado), creo necesario enviar esta carta con un par de observaciones sobre dos aspectos que considero confusos en la posición del partido.


En primer lugar el tema Cuba. El partido tiene una posición al respecto que considero correctísima, pero que no es la que se refleja en el folleto. Allí claramente se explica  (pág. 7) que las organizaciones disidentes al castrismo que existen en Cuba “abogan por la apertura”, es decir por la restauración capitalista. Y a renglón seguido se expresa que aunque combatamos sus políticas, defendemos sus derechos a expresarse. Para mí, esto no sólo es novedoso sino equivocado.


Tal como está expresado, no tiene diferencias con los planteos morenistas (“socialismo con democracia”). La cuestión no es defender la democracia en general y en abstracto, de cualquier forma literaria que se exprese: “las más amplias libertades… Libertad de Organización social y política” (Mst) o “la más amplia democracia obrera” (Mas). La cuestión es defender los métodos de deliberación democrática de los trabajadores y su organización independiente del Estado burocrático y del castrismo, para que puedan defenderse de la burocracia —justamente—, de la creciente penetración capitalista y del Estado que es su correa de transmisión; en el entendimiento de que la defensa de este planteo permitirá estructurar una vanguardia revolucionaria en Cuba.


En este sentido, no alcanza con plantear “plenas libertades democráticas y de organización para las masas explotadas cubanas” (propuesta del PO). Porque el solo hecho de poder organizarse y en forma democrática (aunque sea plenamente) no le da a esa organización un carácter revolucionario, por increíble que pueda parecer en Cuba. Las “masas explotadas cubanas” son un abanico muy amplio y dentro de las mismas están los que “abogan por la apertura” (restauración capitalista), aun cuando sus dirigentes pertenezcan o hayan pertenecido al aparato de la burocracia.


Ahora bien, el planteo del PO que yo conocía desde que milito en el partido (1987), es el de libertad de organización política para aquellas tendencias que defiendan la revolución; lo cual excluye a las “aperturistas”, y no como se plantea en la crítica (págs. 7-8). La confusión se redondea con el hecho de que a pesar de que criticamos que ni el Mas ni el Mst denuncian el reclamo de una apertura democrática que hace el centroizquierda continental, nuestra propuesta tampoco lo hace.


Creo que el planteo debe ser el siguiente: Abajo el bloqueo imperialista a Cuba. Libertad de organización sindical independiente. Control obrero de la producción. Derecho a la organización política para todas las tendencias que defienden las bases de la Revolución y sus conquistas. Por un gobierno de los trabajadores. (Una crítica a la posición del centroizquierda debe figurar en las consideraciones previas como retrato de su posición proimperialista).


La segunda cuestión es sobre el punto 6 de la propuesta del PO. Allí se dice que “en la burguesía industrial de Argentina y de varios países de América Latina se pretende imponer un cambio de frente en la orientación del Estado, en primer lugar mediante la devaluación” (subrayado mío). No comprendo bien qué se quiere decir con esto. Está fuera de cuestión que el carácter de un Estado proviene de su naturaleza de clase. ¿Qué es lo que puede cambiar una devaluación? Aparentemente la cuestión sería la siguiente. Para salir de la recesión, la burguesía industrial plantea la devaluación para paralizar la avalancha de importaciones y exportar. Esto la llevaría a tener roces con el imperialismo. ¿Y el cambio de orientación estaría dado en que el Estado la defienda de éste?, ¿pero alguna vez no fue así?