Demasiada saña contra el gobierno

Nicolás

Jorge:

¿No se le estará haciendo el juego a la derecha?…yo pienso al igual que ustedes que este gobierno no es de izquierda ni mucho menos, como pretende anunciarse a sí mismo; pero, entre otras cosas, el hecho de que tanta gente vuelva a discutir cosas con una mediana profundidad (ni siquiera política) se debe al cambio de paradigma desde 2003 a este tiempo.

Quizá me equivoque, pero creo que hay ciertos planteos que de radicales se pasan a ridículos, y no sería la primera vez que pase… no nos olvidemos que los comunistas decían en los ‘40 que el aguinaldo era una medida “demagoga”, cuando según mi punto de vista era, entre muchas, una medida revolucionaria (si nos ubicamos en tiempo y espacio). ¿No te parece que siendo encarnizadamente crítico con este gobierno, sugerís que tanta gente esté equivocada? ¿que son todos giles los que apoyan a este gobierno? Hugo Moyano no es Tosco, lo sabemos. Kirchner no es San Martín, lo sabemos, pero tampoco es la rata de Menem. Reconozcamos las cosas que se pueden reconocer, entre otras cosas volvimos a tener paritarias, y eso es importantísimo… no es la revolución, no tenemos en nuestro poder los medios de producción pero al menos nos dio el oxígeno necesario para volver a organizarnos como movimiento después de años de neoliberalismo devastador. A los milicos había que meterlos en cana y ya fueron en cana. Quedan muchos cuervos por juzgar pero se está en proceso.

El peronismo, el kirchnerismo o como quieras llamarlo no es lo ideal ni mucho menos, el tema está en caminar y en ese ejercicio militar, participar, debatir, todo rumbo a una utopía, a un ideal pero siempre con los pies en el suelo. Se puede estar en desacuerdo, pero hay que darse cuenta de dónde están ubicadas las grandes masas, con quién se sienten identificadas; aunque estén, según tu punto de vista, equivocadas o no.

 

Respuesta de la Redacción:

Quien parece tomar al electorado por idiota es el oficialismo y la propia Presidenta. De otro modo, con una gestión tan exitosa como pretende Nicolás, no se entiende el uso abusivo de los medios y el despliegue obsceno de propaganda oficial -en especial en los espacios del fútbol estatizado. Los programas comprados por el gobierno no invitan a la izquierda al debate, lo que no es precisamente una muestra de confianza. Por otro lado, la camarilla de la Rosada tampoco confía en el éxito electoral de sus organizaciones, pues las ha excluido del armado para los comicios próximos. Más criterio crítico, menos seguidismo.