Desde Lanús, sobre el Frente de Izquierda

Compañeras, compañeros, Partido Obrero,


Lanús Este, 8 de julio de 1993


 


De mi especial estima:


 


El “Llamado a la Izquierda” se publicó en Prensa Obrera 382 del 3/2/93. Fue una ratificación más de la postulación permanente de lograr la unidad del conjunto de las fuerzas populares. Esta vez en alusión explícita a los partidos políticos reconocidos como de izquierda, donde se supone, convergen las orientaciones definidas y predominantes más avanzadas de ese carácter.


En mi opinión personal, necesariamente limitada, debió surgir de inmediato una señal inteligible, oportuna y respetuosa, como respuesta de los partidos invocados. A cinco meses de la nota, continúan deliberando. Es más, éstos, en un rapto inspirado y en un lapso que prolongan, no exento de incidentes pintorescos, protagonizados por un segmento sectario de una de dichas corrientes, sólo han sido capaces de emitir un suspiro, adoptando la forma de un módico PROGRAMA ELECTORAL, para ir tirando, en el ámbito restringido de una incierta y trivial ceremonia electoral dominguera, de pronóstico imprevisible, por añadidura.


La marcha a la deriva parece constituir la expresión dominante de dichas “izquierdas revolucionarias”, esto último en virtud del mágico encanto de las palabras. Dominadas por la desorientación y el despiste, contagiadas por la  “melancolía del fin de la historia”, tal vez, vacunadas por un marxismo de teatro  ((vacuno)), merodean el espacio tratando de distinguir laboriosa y aplicadamente, para qué lado queda la izquierda. Con esta idea fija, distinta por cierto de toda convicción sistemática, han descubierto sólo la trascendencia inefable de las elecciones. Sin embargo, se autotitulan marxistas, trotskistas, revolucionarios, y otras exaltaciones del gusto más refinado, conjurando a la Revolución Socialista sin lograr acertar previamente el sitio del horizonte.


Por superar existe, por lo menos, ese atractivo infantilismo retórico, fastidiosamente recalentado.


Se sabe de siempre que en nombre del marxismo se ha hecho de todo: se han engendrado tonterías, se han perpetrado infamias y crímenes. Yo pregunto: ¿es de otro planeta, al menos la posibilidad oportuna y necesaria de la unidad de las izquierdas? A este respecto, ¿resultan más importantes las elecciones, que ya es sabido para qué sirven y esta vez, además, cuentan con exclusivos invitados y no van a ser de entrada libre y gratuita?


Yo creo absoluta y exclusivamente en la fuerza y el poder de la inteligencia y la imaginación. Siento un desprecio total por toda forma de violencia, olvido, indefinición y ambivalencia. Reivindico la necesidad de discutir el Proyecto de Programa inserto en Prensa Obrera 393 del 9/6/93 y acompañar integralmente y con seriedad al menos los hechos de la vida cotidiana, al alcance de todos, que van en su significado más allá de las elecciones de octubre. Es inútil buscar nuevas señales: están por todos lados.


Un saludo cordial.