“El orgullo de ser piquetero”

Mi incorporación al Polo Obrero fue en el año 2001, cuando un día le quisieron cobrar a mi hija Laura, cinco pesos para rendir un examen y como yo estaba desocupado, no tenía para pagar.


Entonces me fui al centro con la esperanza de que alguien me ayudara, y así fue, porque opté por entrar al local del Polo Obrero, sólo para preguntar si ellos me podían ayudar en algo.


Así fue que conocí a Eduardo Salas y me invitó a pasar. Hablamos mucho, y fueron ellos los que me dieron una solución. Entonces decidí hacer una reunión en mi barrio (José Ignacio Díaz, 5ª. Sección).


Fueron 12 personas y Salas habló junto con Eduardo Viñolo, más conocido por nosotros como “Cacho”.


Tuvimos que elegir entonces otro delegado (Walter Marques), porque ya no éramos sólo 12 personas, sino que habían empezado a sumarse cada vez más, hasta llegar a ser 500 compañeros.


Después la conocí a Gabriela Acederio, con quien convivo hace un año; ella es delegada de Barrio Empalme, y yo pasé a ser delegado con ella.


Ahora formé otro centro de desocupados en Guiñazú y actualmente me he incorporado al Partido Obrero como militante. Es por eso que tengo el orgullo de ser piquetero y poder luchar con todos mis compañeros.


Gracias al Polo Obrero y al Partido Obrero por haberme hecho crecer como hombre y como persona.


Un saludo a todos ustedes, compañeros, de un piquetero de corazón.