El PO y la Esma

Compañero Altamira:


Leí con sorpresa la nota “El PO y la Esma”, escrita por ustedes en Prensa Obrera Nº 849. Si bien creo que el párrafo de la tapa a la que Ud. hace referencia no era oportuno, su consideración sobre los métodos que debemos utilizar los revolucionarios no es la misma que fui aceptando como necesaria en el transcurso de mi militancia en el partido. Concretamente no entiendo por qué en una guerra civil o en una guerra revolucionaria debemos restringir nuestros métodos para no hacer lo mismo que nuestros verdugos. Porque considero que un revolucionario valora la vida (y hasta podría citar una frase que no es de mi mayor agrado: “Un revolucionario lo es por amor y no por odio”) y sé que ninguno disfrutaría de lo que sí gozaban los hijos de puta que asesinaron a nuestros compañeros. Pero, si no me equivoco, en todas las revoluciones se ejecutó a anteriores verdugos o a contrarrevolucionarios activos. El método es el mismo, pero creo que nadie pondría un signo igual a las ejecuciones de Sacco y Vanzetti (o los mártires de Chicago) a manos del imperialismo yanqui y a los fusilamientos de los militares del ejército de Batista decretados por tribunales populares revolucionarios.


Luchamos por la liberación definitiva de la humanidad, por una sociedad sin clases y sin violencia. Para ello tenemos que derrotar al imperialismo que actúa de la manera más brutal (ejemplo: Irak). ¿Cómo debemos comportarnos con estas lacras? ¿Qué límites debemos respetar? Considero que ninguno, y que el acto más humano es destruir esa maquinaria de muerte. Por lo tanto, todos los medios que nos permitan triunfar están legitimados por el objetivo que buscamos. Si estableciéramos un gobieno obrero que garantizara la salud, la educación y el trabajo, que no mueran más chicos de hambre o por enfermedades perfectamente curables, ¿qué no haríamos por defender esas conquistas?


El capitalismo en su descomposición nos arrojó a la barbarie, por lo que los actos que pudieran parecer más inhumanos en nuestra lucha por la liberación no deben dejar de adjudicarse a este sistema social y la violencia en que se apoya.


Recuerdo que una biografía del Che cuenta sobre las diferencias que un amigo suyo tenía con respecto a su accionar. Comenta que cuando el Che veía por la mira de su fusil a un soldado de una dictadura militar veía 3.000 chicos muriendo de hambre. En cambio, su amigo veía a un padre y esposo. Quizás un buen criterio para elegir los métodos adecuados sea buscando el contenido humano en sus resultados y no en sus formas.


Me decidí a escribir ya que esta visión de las cosas también la comparten otros compañeros. Agradecería que ustedes o algún compañero me respondiera estos interrogantes.