En Dock Sud respiramos veneno

En el barrio de Dock Sud existe un polo petroquímico de 200 hectáreas en donde están radicadas más de 34 empresas, de las cuales 26 tienen una actividad plena. El Docke es considerado como una de las zonas ambientales más contaminadas del país. Esto a costa de los 45.000 habitantes afectados por la contaminación que genera el polo petroquímico.


Según el informe realizado por la consultora internacional “Brown & Candwell” (Diario Popular, 4/5) —asociada a Techint—, en la zona se respira un aire que en materia de contaminación sobrepasa en un 50% los niveles tolerables por el hombre a escalas nacionales e internacionales.


Asma, bronquitis, alergias y cáncer de piel son afecciones comunes que los niños, jóvenes y adultos deben soportar.


Las petroleras matan, los funcionarios encubren


La petroleras cuentan con 60 bocas que vierten al Río de la Plata afluentes tóxicos producto del lavado de tanques; esto se combina con la contaminación del Riachuelo y el arroyo Sarandí, que reciben 68 y 7,8 kg de cromo, y 17 y 2,1 kg de cadmio, respectivamente (informe de la Secretaría de Producción de Avellaneda), y los contaminantes detectados en el aire y el suelo —benceno, tuleno, N-pentano, N-heptano, N-hexano, plomo, dióxido de azufre, acetano de etileno y metracrilato de metilo.


El secretario de política ambiental bonaerense, Osvaldo Sonizini, declaró sobre el informe de la consultora (financiado con 700.000 dólares del gobierno estadounidense) que “es bastante amplio pero no encuadra en detalles”, por lo tanto no pueden hacerse afirmaciones concretas. Si Sonizini no puede hacer afirmaciones concretas es porque no aparece por Dock Sud, donde los vecinos, día a día, ven cómo las enfermedades se extienden y la mortandad de plantas y animales comienza a notarse.


A esto debemos sumarle las declaraciones de Mónica Capellini, subsecretaria de Medio Ambiente de la comuna, quien afirma que “si hace 2 años hubieran aplicado la política ambiental del municipio, hoy podríamos contar con menos vuelcos y emisiones de efluentes gaseosos.” El cinismo de Capellini, quien intenta patearle la pelota a M. J. Alsogaray como única responsable, sólo busca tapar la política municipal de negociados y concesiones del intendente Cacho Alvarez con las petroleras, que fue la causante de la muerte de 7 personas en 1995 por emanación de gases tóxicos en Avellaneda.


La complicidad del gobierno queda más en claro al permitir el montaje de la planta de coque, en la cual hoy sus trabajadores están resistiendo los ataques flexibilizadores y las malas condiciones de seguridad ambiental y del personal, denunciados en la reciente visita del gobernador Duhalde el 29/4 a la Shell, para entrevistarse con el presidente de la companía.


Ante una futura generación de enfermos, ponernos en pie


Estas empresas han aumentado su volumen de facturación como la privatizada YPF, con ventas por casi 6.000 millones de dólares, seguidas por la Shell, EG3, DAPSA y otras (Clarín, 20/4), a costa de envenenar al Docke, negociados con el gobierno y superexplotar obreros.


En este marco, a la población de Dock Sud le quedan dos caminos: el de hacer frente a este ataque o dejar que las próximas generaciones de jóvenes sean enfermos crónicos, producto de la contaminación.


Los vecinos deben ponerse de pie para hacer frente al ataque de estas empresas capitalistas, que buscan acrecentar sus ganancias, y que con campañas mentirosas regalan becas y camisetas a los niños, para encubrir su accionar, sin reparar en la contaminación del medio ambiente, donde esos niños viven, atentando contra la seguridad de sus hogares y la estabilidad laboral de sus padres. Debemos trabajar por la formación de comisiones de vecinos y trabajadores, que lleven adelante el control de medición de la contaminación e instrumenten los métodos necesarios de seguridad en la zona.