Encuentro de Mujeres (zona sur)

Con motivo de conmemorar el Día Internacional de la Mujer, se realizó el sábado 8 de marzo un encuentro de mujeres de la zona Sur, en un marco de profunda reflexión política.


Comenzó con una charla dada por la compañera Virginia, quien nos hizo recordar que éste fue declarado como homenaje a la trágica muerte de 129 obreras textiles norteamericanas, que por resistirse a la explotación capitalista (reclamaban jornadas de 10 hs., descanso dominical y pago de igual salario por igual trabajo) fueron quemadas vivas dentro de la fábrica. Para nosotras, las mujeres trabajadoras, no es un día de festejo, sino de doloroso duelo.


Es cierto que con el correr de los años hemos ganado algunos derechos, pero a pesar del aumento de la mano de obra femenina seguimos sufriendo ¡un alto grado de discriminación!, opresión y explotación, cada vez más acentuado por el sistema capitalista, aunque sus representantes de turno, Menem-Duhalde, intenten hacernos creer otra cosa.


A más de 80 años de aquella dolorosa fecha, las mujeres trabajadoras seguimos siendo el blanco de un ataque a fondo de nuestros derechos … la reforma educativa, la entrega de las obras sociales, la flexibilización laboral, la desocupación, etc. Se sigue colocando a la mujer en un lugar de desprotección. Trabaja fuera y en su casa, aunque lo casero no es tenido en cuenta por los economistas de este sistema. Debe cuidar de sus hijos. En caso que trabaje fuera de su casa no cuenta con instituciones o un ingreso suficiente para su atención. Esta situación genera conflictos familiares y en muchos casos chicos desatendidos. La crónica cotidiana nos relata las carencias y accidentes, que en algunos casos son fatales.


Si queremos decidir sobre nuestro cuerpo, no se nos permite abortar; la iglesia católica hipócritamente nos impone recibir todos los hijos que Dios nos manda, ya que cada uno de ellos viene con un pan bajo el brazo y luego se nos mueren desnutridos, ya que el salario de un obrero (por ejemplo de la construcción, que es de $1,2 por hora de trabajo) no alcanza.


En silenciosa y consecuente lucha, las mujeres trabajadoras supimos demostrar que estamos capacitadas para sumarnos al ejército laborioso de la sociedad y que podemos ejercer con eficacia roles que eran exclusivos del hombre. Pero seguimos viendo limitadas nuestras posibilidades de empleo a causa de nuestro estado civil. Aunque nuestra capacitación sea óptima y tengamos los hijos que el sistema decide, nos niegan un puesto laboral, porque cuando nuestros hijos se enfermen faltaremos a trabajar, ya que por sobre todo somos madres; por eso el aborto debe ser un derecho de nosotras, así como el acceso a una buena información sobre prevención y la posibilidad de acceder a un método anticonceptivo gratuito.


En el debate, cada compañera pudo expresar vívidamente sus experiencias con respecto a estos temas, que nos preocupan como trabajadoras, esposas, madres y luchadoras. El temario y debate fueron extensos, realzado por la calidez de compartir un día tan importante en compañía de mujeres que quieren orientar la brújula, sabiendo que la lucha no tiene sexos, porque el hombre es tan explotado como nosotras. Nuestra lucha es contra el régimen generador de opresión y súper explotación. En este sentido resolvimos:


1º-Concurrir a la manifestación del 24 de marzo, a 21 años del golpe genocida, y el 25, a dos meses del crimen de Cabezas. Contra la impunidad, por el juicio y castigo a los asesinos, por la derogación del punto final, la obediencia debida, el indulto y por el retiro de la ley antiterrorista del Congreso.


2º-Invitar a compañeros y vecinos a concurrir, porque la lucha es de todos los trabajadores.


Finalmente, la reunión terminó amenizada con guitarra, canto y, como somos materialistas, comida y bebida de por medio.