Correo de lectores
18/4/2002|750
Epopeya de la cacerola
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(Tango)
He partido del eco más profundo
a resonar por los aires y las plazas
continente habitual de las delicias
sólo el rencor anida en mis entrañas.
Pero he sabido cumplir el cometido
musical, como el martillo en la fragua
y demostrar mi origen laborioso
más elocuente y feroz que mil palabras.
He superado la soledad de mi cocina
y convocado con tesón a mis hermanas
que forman coros por todas las esquinas
y encolumnan multitudes de esperanzas.
Ya no voy a recluirme en esta vida
porque se acerca la hora señalada
en que el modesto fulgor de mi estructura
imponga los destinos del mañana.
Y después de haber cambiado mi sentido
y atronado musical en la batalla
volveré a contener naturaleza
y prometer las delicias de la casa.