Espionaje “pedagógico”

El espionaje se vuelve más específico en las escuelas. Los días 10 y 11 de noviembre del presente año se pone en marcha en todo el país el Operativo Nacional de Evaluación de la Calidad de la Educación. “Dos pruebas, una de Lengua y otra de Matemática, más distintos cuestionarios que responderán directivos, docentes, y hasta los propios chicos, son las distintas herramientas que servirán para ‘cruzar datos’”, (Clarín, 17/10/93).


Utilizando el buen sentido, podemos hacernos algunas preguntas:


¿Es necesario realizar un operativo para diagnosticar la situación en que se encuentran nuestras escuelas?


¿Qué calidad se pretende encontrar cuando previamente se destruye el sistema educativo?


¿No están identificados los verdaderos responsables de esta situación?


Hay que desenmascarar este operativo que muy posiblemente pretenda demostrar que los docentes tienen un bajo rendimiento en sus tareas por causas de índole personal (falta de cursos de actualización docente, falta de vocación, etc.). De este modo se colocan a los docentes en el banquillo de los acusados.


Las escuelas corren la misma suerte. Hay escuelas “eficaces” y escuelas “ineficaces”. Me inclino a arriesgar que las primeras serán las privadas. Las ineficaces escuelas públicas no podrán seguir así. La solución será la bendecida Ley Federal de Educación.


Un diagnóstico válido sería el que la propia comunidad educativa debería realizar sobre el mismo gobierno y su Ministerio de Educación. ¿Cuál es la inversión en materia educativa? ¿Qué actualización pedagógica gratuita se propone a los docentes? ¿Qué soluciones aporta la transferencia? ¿La Ley Federal de Educación posibilitará el acceso y permanencia de los sectores que actualmente sufren todo tipo de marginación?


Las respuestas a estas preguntas señalan el camino hacia la no legalización de la hipocresía.


27/10/93