La única salida: una clase obrera socialista

Daniel (técnico gráfico)

-Exclusivo de internet

Para que esta crisis globalizada del imperio capitalista no la paguemos los trabajadores con nuestros sueldos miserables cada vez más alejados de la canasta familiar ni tampoco los jubilados hoy lejos 82% móvil, para ponerle freno a los tarifazos inflacionarios que esta crisis la paguen los patrones, los grandes grupos económicos, los banqueros chupasangre internacionales. Ya no se puede disimular el tema de la inflación que es un tema que nos toca a todos porque cuando el costo de vida tuvo un aumento del 35% o 40% anual y las patronales y la burocracia sindical arreglan entre un 20% y 25% tomando de referencia al Indec, órgano público internvenido por el gobierno, con Moreno y su patota que desvirtúan las cifras reales que a su vez los aumentos salariales son pagados en cómodas cuotas por las patronales, que son aliados de la burocracia sindical, esta segunda empleada fiel de la burguesía empresarial clase dictatorial dominante de la sociedad capitalista.

La igualdad de situaciones requiere una revolución.

La única salida a esta crisis es una clase obrera socialista organizada para dar pelea en cada uno de sus puestos de trabajo, por el derecho a una vida digna, la única respuesta es una unión entre los trabajadores para elegir delegados combativos, que protejan la estabilidad laboral, para luchar por el salario, por la efectivización, rechazando el trabajo en negro, unidos y preparados para represalias comunes como la amenaza de despidos, para que todo el conjunto de trabajadores tenga una orientación político-sindical para hacer valer sus derechos (porque un pueblo ignorante es pueblo dominado) por una elección en masa de delegados combativos que presten atención a cada reclamo porque en la Argentina las empresas tienen al 36% de trabajadores afiliados al sindicato y sólo un 12% de las empresas tienen delegados. Porque ante la debacle de la mentira del régimen capitalista la única salida real es una clase obrera socialista revolucionaria es un camino difícil de recorrer, pero quiero finalizar diciéndoles “que nada que valga la pena se obtiene sin esfuerzo. Todo logro alcanzado alguna vez fue considerado imposible. Y vale más un minuto de pie que una vida de rodillas”.