Hoy, a principios del ´93 se nos plantea como una normalidad el uso del guardapolvo en las chicas. Pero si uno comienza a analizar el hecho, surgen, de inmediato, algunas preguntas: ¿con qué sentido, el guardapolvo es usado sólo por las chicas?

Nuestra sociedad ha sido siempre machista, pero ha sabido irse superando ¿Significa el uso del guardapolvo una forma de discriminación o, existe en nuestro colegio con el fin de disimular las formas femeninas?

Significa discriminación para las mujeres. Porque no tendría nada de malo concurrir a un colegio vestidas como cuando estamos en la calle; y si se nos plantea que somos adultos para votar a los 16 años, ¿es que no somos adultos para elegir con qué vestirnos? Es una pregunta polémica pero, de tomarse en cuenta, interesante.

Y entonces, analizamos la prohibición del uso de musculosas y aritos en los chicos y tenemos que determinar esto como algo impuesto con un muy cuestionable fundamento y es que se trata de una “costumbre”. Una costumbre de nuestra sociedad, la que debería adaptarse a estos cambios; pero, por el contrario, los proscribe.

Y si se trata de analizar una idea, son viejas las formas de la mujer y se conocen desde que existen. En nuestro colegio, no hay grandes diferencias sociales y el guardapolvo sólo se implementa en las chicas, lo que lleva a concluir en la respuesta de que aún entrando en el año 2000 se intenta esconder algo tan natural y antiguo como el cuerpo de una mujer.

Es hoy que tenemos que dejar atrás de una vez actitudes prejuiciosas y represivas. Es innecesario el uso del guardapolvo; es discriminatorio y es parte de una represión infundamentada de la que somos víctimas la juventud.

Queremos una juventud madura y la queremos sana, nosotros mismos, con las libertades básicas y el respeto que merecemos.