La autodeterminación vasca

El lector Hernán Kurfirst critica el derecho a la autodeterminación del pueblo vasco. Afirma que “la lucha entre las fracciones burguesas en España (es), desde ambos lados, como una lucha reaccionaria, dado que representan a una clase reaccionaria en su conjunto”.


El derecho de todos los pueblos (y de sus burguesías) a constituir su propio Estado nacional no pierde su vigor histórico con el agotamiento del capitalismo y de los Estados nacionales. Lenin y Trotsky defendieron el derecho a la autodeterminación del pueblo polaco, a pesar del carácter reaccionario de la burguesía polaca. Los kurdos tienen derecho a la autodeterminación a pesar de que las fracciones iraquíes de la burguesía kurda están colonizadas por el imperialismo norteamericano.


No se trata de “apoyar” a una fracción burguesa o a otra; la defensa del derecho a la autodeterminación de los pueblos – y, en particular, la defensa del derecho a la autodeterminación por parte del proletariado del país opresor – es la defensa de la libertad de desarrollo para las masas de la nación dada. Trotsky, aunque no sólo él, afirmó en varias ocasiones que la política leninista de defensa del derecho a la autodeterminación de los pueblos oprimidos por el zarismo fue la “llave” de la victoria de la Revolución de Octubre.


Todo signo igual entre naciones desiguales termina apoyando al bando burgués opresor. Kurfirst dice que “los vascos ya tienen una gran autonomía cultural y lingüística y sobre todo económica; en un Estado burgués no obtendrán más”. En resumen, conténtense con lo que tienen… una afirmación que bien podría suscribir el franquista Aznar.


El lector Kurfirst olvida que España, como muchas otras “democracias” del continente, es una monarquía, la libertad nacional está ausente en cada parte de España y en España de conjunto.


La reivindicación de la “república” ha sido enterrada tanto por los socialistas como por los “comunistas” de la Izquierda Unida; es decir que antes que “socialistas” y “comunistas”, son monárquicos.


¿Cómo podría el proletariado español luchar por su propia república si, al mismo tiempo, no reconoce el derecho de los vascos – si así lo desean – a establecer su propia república?