La Haya: legalizar la violación

El fallo de la Corte Internacional de la Haya presentó dos conclusiones que son inapelables:

a) Uruguay violó el tratado del Río del mismo nombre, 

b) Prohíbe la instalación de nuevas Pasteras en esa costa.

La presidenta argentina CFK, desde Venezuela, señaló que el segundo punto era un triunfo de la diplomacia argentina.

Sin embargo, no se trata de ningún triunfo como en poco tiempo veremos.

Esa resolución, más temprano que tarde, será ignorada.

Emprendimientos similares, que ya están listos para su localización, reclamarán que esa norma “atenta al equilibrio del mercado al impedir la libre competencia.”

La Organización Mundial del Comercio saldrá a respaldar este reclamo, en aras de la “seguridad jurídica”, dirán, y con razón, que el máximo tribunal mundial liberó la zona productiva con exclusividad para una Empresa en particular.

La pastera violadora recibirá como premio una zona liberada, donde podrá pagar los salarios más bajos que se le ocurra, dado que los operarios y técnicos no podrán buscar otras ofertas laborales en la industria para la que se capacitaron.

Por la misma razón, los proveedores de materia prima, quedan aprisionados ante un solo demandante.

Y por último, dirán con razón también: “pero si Botnia no contamina, ¿cuál es la razón para impedir nuestra localización?”.

La conclusión, la gran enseñanza, es que el máximo tribunal mundial premia al violador.

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