Las trabajadoras no tenemos feriado el 24 de Marzo

María del Carmen

-Exclusivo de internet

Feriado largo del 24 de Marzo. Derechos Humanos de ayer y de ahora, que los poderes -visibles y ocultos- siguen reprimiendo y apretando las panzas con salarios de indigencia y de pobreza. Y señalando sobre el vientre de la mujer, que acá decide la sociedad -la que nos oscurece el futuro y nos gatilla un joven todos los días en el país, patotas y mafias siguen en pie-, los buenos consejos nos subordinan por la fuerza.

Bergoglio por la vida en el útero. Misa en la Catedral, no por los derechos humanos de los niños ya nacidos y por nacer, ni por la condena de su institución pedófila, ni su colaboración con la dictadura ni por ser eterno cómplice de todos los golpistas.

En la madre patria y pater patriota del capilismo -mientras bombardean las vidas árabes rebeladas y embarazadas de otras vidas y otra vida-, en Texas, el gobernador larga una ley que impone a los médicos que ya practican abortos legalmente poner a las mujeres a mirar su ecolografía, con audio incluido, durante diez minutos para que desista y si el médico se niega a torturarla en su consultorio chupadero, va en cana él y su título.

Acá, el cristinismo apostó a la vida en el útero ofreciendo a las madres un subsidio por embarazo y los progres reclaman que se extienda a las madres menores de edad embarazadas. Sin techo ni piso infantil en cuanto a la edad (11, 14, 16 ó 9 años ¿por qué no?).

Estela de Carloto reclama la apertura de los archivos del Side a la Presidenta en el camino de la búsqueda de su nieto y los 400 aún privados de su identidad, tomando la bandera de una de las marchas, desde hace 35 años, también en camino del Premio Nobel de la Paz.

La Sociedad Rural vuelve a decir que quieren enarbolar el sucio trapo rojo las 250.000 personas que fueron a la marcha, aunque a distintos actos. Mientras fumigan y explotan niños del lado de los industriales, que también lo hacen. Como si bombardearan niños en la Arabia que se sacó el velo y si reza, lo hace en las movilizaciones y no en las mezquitas, o en el campo de batalla sin las armas para defenderse.

Acá las mujeres pensamos, en silencio, cómo mantener a nuestros hijos, a cuántos hijos podemos mantener, si tenemos guarderías para ir a trabajar, si nuestros hijos van a ser esclavos modernos con trabajo en blanco o esclavos antiguos en el campo, en las industrias fantasmas, en los burdeles compartiendo la prostitución con nuestros hijos e hijas menores o mayores, o separados definitivamente de nosotros como en la dictadura.

Pero esta es la libertad de mercado que nos supieron imponer. Digo, las madres que vemos a nuestros hijos niños y adultos en la suerte colectiva que manipula el mercado, hasta sobre nuestros úteros, nuestra salud, nuestra educación y nuestro trabajo por los derechos colectivos.

Creció la movilización de los derechos humanos como nunca, se nos caen los velos, los tabúes y los jeques históricos, sacamos cuentas y son más de 30.000 -y serán más si avanzan la criminalización de la protesta y el hambre. Pero a la sociedad rural, la iglesia feudal, los gobiernos seudodemocráticos no les dan las cuentas, para que nosotros paguemos sus crímenes económicos, políticos y sociales.

Se ven claramente las clases sociales hasta en los derechos de la Mujer. Cuestión de no darles los votos de confianza.

Cuestión de reconstruir nuestras organizaciones de lucha, todos los días, para sobrevivir y llegar al futuro.