Lorena Gallo-Bobbitt: El fallo resguarda la opresión de la mujer

Considero que si el juicio contra Lorena no hubiera generado el nivel de protestas y denuncias, tanto en USA como a nivel internacional (hasta en su pueblito de origen, en Ecuador, hombres y mujeres reclamaron por su absolución y marcharon en su apoyo), el fallo hubiera terminado, como en tantos otros casos, con una condena de años de cárcel.


La justicia norteamericana ha tenido que apelar a la figura de “insanía momentáneas” para justificar su fallo y encuadrarlo dentro de sus leyes.


En este terreno se encuentran las múltiples opiniones que han aparecido. La Organización Nacional para las Mujeres (NOW) se declaró “satisfecha porque el jurado haya rechazado los argumentos de que una mujer vejada deba ir a la cárcel”. “Desde el primer día siempre estuvimos convencidas de que Lorena Bobbitt tenía un buen motivo para el irracional acto que cometió” (Página 12, 22/1/94).


M. C. Vila, psicóloga, docente de posgrado de Violencia Familiar de la UBA, especialista en mujeres golpeadas… “El hecho de que la Justicia reconozca que una mujer no tenía otra escapatoria que castrar…” (!), Página 12, 22/1/94.


El “establishment” burgués ha legalizado la castración en estado de insanía y, claro, previamente absolvió al Sr. Bobbitt por abusar psíquica y físicamente de la Sra. Bobbitt.


Insisto, este fallo se dio para acallar las profundas movilizaciones realizadas contra la agresión hacia la mujer y lejos de resolver esta situación cotidiana que padecen infinidad de mujeres en todo el mundo, hemos sido condenadas, verdaderamente condenadas a no denunciar la agresión dentro del matrimonio (porque el hombre será absuelto), a tener que esperar a que se resuelva el juicio de divorcio (que Lorena había iniciado) o tener que entrar en el terreno de la agresión física para liberarnos, por supuesto que presentando un cuadro de “insanía momentánea”.


El reclamo, desde el punto de vista femenino, es claro: respeto mutuo psíquico y físico, dentro y fuera del matrimonio. Separación del seno del hogar al marido o compañero abusador.


Divorcio inmediato a pedido de una de las partes. Vivienda para la mujer agredida y sus hijos. Subsidio estatal hasta que consiga trabajo.