Militantes del PTS reclaman pronunciamiento al Partido Obrero

A la Dirección Nacional del PTS:


Esta carta tiene el fin de denun­ciar hechos que acontecieron en la madrugada del 24 de octubre, a las 2.30hs con el ‘camarada’ A, si lo puedo seguir llamando así, el cual fue mi compañero por 8 años.


1) El incidente comenzó a dicha hora, cuando irrumpió en mi casa, mientras mis hijas y yo dormíamos profunda­mente en la misma cama, comenzó a decirme “mugre levántate, mugre forra de M. levantate”. Mis hijas se despertaron (esto en el marco que yo viajaba a las 8.30 horas a Buenos Aires junto con mi hija menor). Me gritó “a mi hija no te la llevas a ningún lado” (yo volvía a Mendoza al día siguiente). Tranquilicé a mis hijas y me levanté, me siguió insultan­do y yo le tiré una bofetada, previa­mente de decirle que se tranquilizara porque iba y volvía. Me siguió insul­tando y provocando y denigrándome, en ese marco le di la bofetada. Me acorraló contra un rincón sostenién­dome del cuello, me arrancó mi ropa interior. Mis hijas se levantaron y fui a la habitación a tranquilizarlas. Me si­guió, me sostuvo, de los pelos y me lastimó mis zonas íntimas, tirándome a ¡a cama. Mis hijas gritaron, salieron a la calle desnudas a las 3 de la mañana (8 y 2 años) a pedir ayuda a los vecinos, quienes vinieron a inter­venir y me ayudaron a serenar a mis hijas que sufrían una crisis nerviosa.


  1. Esta no es la primera vez desde que surgió la lucha fraccional ya que todo el tiempo trató de denigrarme moralmente. Hace tres meses que vivo en un infierno en mi familia. No lo pude convencer de que se fuera por un tiempo para establecer una rela­ción política y personal más sana.
  2. Los ataques anteriores no los de­nuncié, sí los comuniqué a algunos camaradas de esta regional, quienes no tomaron ninguna medida. Ningu­no hasta hoy vino a saber sobre mi situación personal al ser agredida.
  3. Los compañeros G. y C. (de la regional) dijeron que estaban en con­tra y que habían discutido con él, pero que era una situación personal en el marco de la lucha fraccional.
  4. Considero que es una cuestión de principios. En estos tres meses ja­más A. me respetó como una camarada revolucionaria. Bajo ninguna cir­cunstancia se puede permitir en las filas del trotskysmo semejante forma de opresión y rinucho menos con agresión física.
  5. El compañero A. es miembro fun­dador del PTS y miembro fundador de la regional Mendoza. No es cual­quier persona.
  6. Le pedí infinidad de veces que se fuera, pero me respondió que si lo echaba me iba a destruir.
  7. Hago responsable a la regional y a la dirección del partido de estos he­chos. A. es parte de la dirección y ustedes estaban en conocimiento de cómo actuó permanentemente des­de que yo adherí a la TBI.
  8. Es por eso que exijo la inmediata expulsión de A. de las filas del trots­kysmo y el repudio por escrito de la dirección del PTS. De lo contrario, lo haré público en la vanguardia obrera y estudiantil.
  9. Vuelvo a repetir, no es un proble­ma de pareja, porque formo parte de la TBI y, desde que empezó la lucha fracciona!, su objetivo es destruirme política, personal y moralmente.