“Misteriosa” desaparición de bebé en Córdoba


Esto sucede en Barrio Guiñazú, de Córdoba Capital, al norte de la ciudad, cuando Carola Pereyra de 28 años de edad manifiesta grandes dolores en la espalda. Su marido, Claudio José Toledo, la lleva al Centro de Salud Pública de su barrio, donde le diagnostican una ciática y le recetan un Gravindex por un posible embarazo e infección en los riñones, negándose el doctor a sentirle los latidos en su estetoscopio para detectar un embarazo e inyectándole una Dipirona para calmar la ciática.


 


Un día después (7 de enero) vuelve Carola con el resultado de los análisis, los cuales dan como resultado “negativo” y aparece una infección muy grande en los riñones. Nuevamente le inyectan, esta vez un calmante más fuerte, y le recetan Tafirol comprimidos: una cada ocho horas.


 


Los dolores de Carola son cada día más fuertes. El domingo 9 de enero Claudio y Carola, con la sospecha de que sí estaba embarazada (con respecto a la irregularidad menstrual de Carola podría estarlo de 6 meses, a pesar que ella nunca sintió movimientos ni síntomas de embarazo) deciden trasladarse a la Maternidad Neonatal de la Provincia de Córdoba, con el miedo de que la infección de los riñones pudiera estarle haciendo daño al bebé.


 


Eran ya las 23 horas del domingo cuando llega el matrimonio Toledo al Neonatal. En la guardia la atienden inmediatamente y se encuentran con que Carola estaba coronando, y dio a luz un niño de 3,350 kg con nueve meses de gestación, quien nació muerto por una insuficiencia placentaria.


 


Inmediatamente se llevaron al bebé, no dejándoselo ver al papá.


 


Carola corría un alto riesgo de muerte debido al estado en el que estaba la placenta, ya que su bebé se encontraba supuestamente muerto desde hacía ya tres días. Mientras ella luchaba por vivir, su marido iniciaba los trámites para la inhumación de su bebé.


 


El día martes 11 de enero, una vez terminados los trámites, Claudio, junto a su amiga Soledad, llegan a la morgue del mismo nosocomio para informar que el miércoles 12 retirarían el cuerpo del niño. Piden verlo y se enteran de que el mismo habría desaparecido.


 


La directora de la Maternidad supuestamente se entera 24 horas después de lo sucedido. Claudio intenta hacer la denuncia a la Ex Seccional 14 de Barrio Argüello, hoy Precinto 31, correspondiente a dicho nosocomio y allí lo derivan a la Central de Policía, donde no le reciben la denuncia porque ley no ampara a un nonato (no nacido).


 


Entonces se dirigen a los medios de prensa y hacen pública su denuncia, ya que no encontraron una solución por parte de la Justicia.


 


Hoy el Hospital está intervenido por el Dr. Víctor Juri; la Justicia está investigando, dicen que “profundamente”; Carola se recupera y le dan el alta.


 


Lo cierto es que hoy la familia Toledo se encuentra desconsolada y sin respuestas, con el dolor de haber perdido a su hijo y sumado a esto, la desaparición de su cuerpo. Sólo cuentan con el apoyo de sus seres queridos y el Partido Obrero, quienes claman junto al compañero Claudio por la aparición del bebé.