Movimiento y partido

Federico Gades

Felicito al PO de Catamarca por clarificar sobre la dialéctica de ‘movimiento y partido’ que se ha debatido en varias ocasiones. También felicito al PO por haber defendido sistemáticamente la necesidad de que el partido de la clase obrera ejerza un rol de dirección política, al mismo tiempo que interviene en innumerables movimientos populares (movimiento de la mujer trabajadora, movimiento piquetero, movimiento de trabajadores tercerizados, etc.). Sin embargo, me preocupan tres aspectos de estas intervenciones: 1) la no intervención en movimientos sociales o culturales incentivados por corrientes políticas burguesas (por ejemplo, el Carnaval porteño); 2) la pérdida de la aparente influencia inicial en movimientos políticos de masas, por llevar a nivel propagandístico el planteo táctico de “Asamblea Constituyente” (ejemplo, oponiéndola a la consigna “Que se vayan todos”, la cual fue finalmente capitalizada electoralmente por otro sector político) y 3) la articulación entre el partido, las agrupaciones clasistas (ejemplo, “Tribuna…”), los frentes o listas en los movimientos sociales. Reconozco que se trata de temas distintos, cada uno de diferente carácter y difíciles de generalizar. La preocupación es probablemente infundada, ya que PO da muestras sobradas de “ocuparse” por superar dificultades y de ir convertiéndose en el partido de la clase obrera argentina. De todos modos, mi interés en el debate es desde la perspectiva de que, quizá, muchos compañeros sin partido buscan orientarse en estas cuestiones.